Esta semana, la noticia de que Avril Lavigne lleva una década muerta se hizo viral, deprimió a sus fans y todo el mundo la dio por cierta, aunque era un tanto disparatada y digna de una película de misterio.

Todo surgió de un blog que aseguraba que Lavigne está enterrada y que en sus apariciones públicas es suplantada por una actriz igual a ella.

La “impostora”, según la macabra historia, ha sido la que ha grabado y promocionado desde el segundo disco atribuido a la fenecida, Under my skin.

Y va más allá: afirma que al morir Avril, los ejecutivos de los sellos discográficos no se resignaron a perder plata y se pusieron manos a la obra, hasta encontrar a Melissa Vandella, quien era amiga de la muerta.

Además, dice que Avril contó que iba a matarse en la canción “Happy ending”

Lo cierto es que cuando miles de adolescentes estaban a punto de caer en una profunda depresión por la fallecida se supo la verdad: todo resultó ser un experimento social de un bloggero brasileño que acabó confesando.

Lo que demostró es que las noticias, verdaderas o falsas, corren a la velocidad de la luz.