Sus compañeros negaban los rumores. Pero una colega reveló lo que era un secreto a voces y dio detalles de las excentricidades de “Nacha Guevara”, que genera malestar en Stravaganza.

Adabel Guerrero, bailarina de la obra de Flavio Mendoza en Mar del Plata, destapó la olla. “Todos sabemos como es Nacha. Ella exigía tener una hilera de estufas para ir del camarín al escenario”, sostuvo.

“Todos estamos ajustándonos, ver cómo viene la temporada, y de pronto escuchar exigencias que no tienen sentido y amenazas de abandonar la obra, me broté”, manifestó.

En diálogo con Intrusos, la bailarina reconoció que “trabajar con Nacha es groso porque aprendés un montón”. Aunque reiteró que debería ser más generosa con los compañeros que pueden quedarse sin trabajo.