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La ex conductora de AM, en Telefé, se alejó de la pantalla, está dedicada a su marca de ropa y a su familia, la que componen Jorge Corcho Rodríguez y Antonia, su niña de 7 añitos, con la que se acaba de ir de viaje a los Estados Unidos en las vacaciones de invierno.
“Amo a Antonia con locura, pero ser mamá es un gran trabajo. ¡Y no me preguntes si quiero otro hijo! No quiero. Cerré la fábrica. No estoy dispuesta a adquirir otra responsabilidad, a poner el cuerpo... Siento la mirada social rompiéndome: ‘Uy, la nena se va a quedar solita...’ A un tipo nadie le pregunta: ‘¿Para cuándo el segundo?’. Yo, como entrevistadora, dejé de hacer esa pregunta.
Es que Verónica asegura que luego de tener a su hija, atravesó un proceso que repercutió mucho en su vida social.
“Me costó volver a conectarme conmigo misma, y eso repercutió en una crisis de pareja que superamos con mucho diálogo. Puede sonar repulsivo, pero ya no tengo ganas de poner el cuerpo”, completa.
“A los 46 entendí que no seré perfecta, que el hombre perfecto no existe y que el trabajo perfecto es imposible. Hoy elijo no especular y ser feliz con lo cotidiano. Jamás tuve un master plan. Yo me entrego a la sorpresa”, termina, audaz y divina...