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Un oso negro mató a un joven de 22 años que paseaba con algunos amigos en los bosques, en una zona que dista apenas a una hora de Nueva York.
El informe de la policía sostuvo que los turistas se asustaron al ver al animal e intentaron huir: “Durante la confusión, el grupo se separó y todos corrieron en direcciones distintas”.
Al rato, cuatro de los muchachos se reagruparon, pero de inmediato dieron aviso a las fuerzas de seguridad ya que el quitno integrante del grupo no aparecía. Un equipo de rescate encontró el cuerpo, dos horas después.
“La evidencia indica que fue atacado por un oso. Se localizó un oso en la escena del crimen y fue sacrificado de inmediato”, aclaró el informe.
La reserva Apshawa, consta de 230 hectáreas de bellos paisajes, es popular entre senderistas, ciclistas, jinetes y avistadores de aves, además es el hábitat de entre 1.800 y 2.400 osos negros.
Las autoridades señalaron que el episodio del domingo fue aislado, ya que es el primer ataque fatal en la historia reciente de Nueva Jersey.
Los guardabosques siempre instruyen a los visitantes que, en caso de un encuentro con un oso, hay que echarse al suelo boca a abajo y no moverse. Es una respuesta que requiere de mucha sangre fría, porque instintivamente, el aterrado visitante echa a correr.