El momento más conmovedor de la visita a México fue el rezo del Santo Padre ante imagen de la Virgen de Guadalupe.

Solo y en silencio, Francisco protagonizó el momento culminante de su gira histórica.

Durante una misa ante 50 mil personas en la basílica mariana, el Papa recordó a los excluidos, a los descartados y a las personas que perdieron algún familiar por la violencia en el país azteca.

Luego sí, el Papa rezó solo y en silencio frente a la imagen de la Virgen de Guadalupe, patrona de América, en uno de los momentos culminantes de su visita apostólica a México.

El Santo Padre oró delante de la tilma con la imagen que se le apareció en 1531 al indio Juan Diego, el primer santo aborigen latinoamericano de la Iglesia, y elevó una plegaria en silencio por varios minutos.

La Virgen María se apareció en 1531 al indio Juan Diego en la colina mexicana de Tepeyac y le expresó su deseo de que en el lugar se edificara un templo. El obispo de México requirió un signo por el que se manifestase claramente la voluntad de la Virgen.

Nuestra Señora se volvió a aparecer a Juan Diego y, sobre una roca árida y en pleno invierno, le hizo recoger rosas frescas que el indio colocó en un pliegue de su capa o tilma.

A la sorpresa de las rosas fuera de estación se agregó el hecho de aparecer grabada en la tilma una imagen de la Virgen, en la misma forma como decía el indio haberla visto en la colina. Así se levantó una capilla que luego se convirtió en una monumental basílica, principal centro de peregrinación mariana de América.