A diferencia de las autoridades, que prefieren la cautela, los expertos ya dan como un hecho que el terrorismo está detrás de la tragedia del Airbus 320 de EgyptAir. Stratfor, una compañía estadounidense especializada en Inteligencia global, elabora la hipótesis de que el atentado pudo ser ejecutado por elementos yihadistas simpatizantes del ISIS o de desprendimientos de la red Al Qaeda, pero que actuaron en forma independiente. Por eso, afirman, la cúpula de estas organizaciones no tienen aún conocimiento del tema.

“Si esto fuera un ataque de las bases terroristas, llevado a cabo de forma independiente por una célula en Francia, Túnez y Eritrea –todos lugares donde estuvo el avión en las 24 horas previas a que se estrellara–, entonces los líderes yihadistas estarían esforzándose para averiguar lo que sucedió. Al igual que en el ataque de San Bernardino, esto podría tomar algunos días para que los equipos de propaganda yihadistas elaboren una respuesta”, señala Stratfor.

La compañía de Inteligencia da también una segunda hipótesis, a la que califica de “más siniestra”. Se refiere a la posibilidad de que un grupo terrorista haya descubierto una “nueva forma de atacar aviones y está ocultando su participación con el fin de replicar el ataque en otro lugar”. Cita como ejemplo la “Operación Bojinka”, por la cual dos miembros de Al Qaeda proyectaban efectuar un ataque terrorista a gran escala.

El episodio ocurrió en diciembre de 1994. Uno de los terroristas era Ramzi Yousef, quien probó los mecanismos de una bomba y las medidas de seguridad aérea al colocar una bomba en el vuelo 434 de Philippine Air Lines. El explosivo hizo un hueco en el Boeing 747-200, y mató a un pasajero, pero la aeronave no cayó por pericia del piloto. En ese momento los terroristas no reivindicaron el hecho porque, explica Stratfor, “planeaban usar una versión mejorada del dispositivo en un ataque con mayor impacto en 10 aviones a través del Pacífico”. La operación terrorista fue abortada por las fuerzas de seguridad filipinas el 6 de enero de 1995.

Esta compañía no es la única que considera que se trató de un ataque terrorista. También abonan esa hipótesis el gobierno egipcio, el ruso y la inteligencia de EE.UU.

Hay varios datos que hacen temer ese escenario, y que descartan un problema técnico. Era una noche clara sobre el este del Mediterráneo, el avión estaba en buenas condiciones, los pilotos no mostraron ninguna circunstancia extraña y los sistemas de seguridad de la aeronave no alertaron sobre inconvenientes hasta que de golpe colapsó el aparato.

Por eso la investigación no solo se centra en lo que ocurrió en el avión, sino particularmente en qué sucedió en el aeropuerto Charles De Gaulle, de donde partió el vuelo. El Airbus estuvo muy poco tiempo allí. París fue el escenario de atentados el año pasado y se calcula que hay miles de personas que pueden entrar a las zonas restringidas de la estación aérea.

Para los rusos y los egipcios la teoría del atentado cobra fuerza a raíz del antecedente de lo ocurrido hace sólo seis meses en el Sinaí. En octubre del año pasado una rama egipcia del ISIS hizo estallar un vuelo de la aerolínea rusa Kogalymavia con un artefacto colocado en la bodega. Hubo 224 muertos.