Hace un año y medio esta chica aceptó el desafío de hacer lo impensable: ¡dejar de lavar su cabello shampoo!

El editor de la revista para la que trabaja se lo propuso como un experimento de un mes de duración. Era invierno y ella pensó que si todo resultaba mal, podría ponerse un gorro todo el tiempo. Comenzó a lavar su cabello con bicarbonato de sodio y vinagre de manzana.

Los resultados le gustaron tanto, que asegura que jamás volverá a comprar shampoo.

Debido a que el bicarbonato de sodio sólo absorbe el exceso de grasa, tu cabello no pierde sus aceites naturales con cada lavada, no se siente seco ni quebradizo. El vinagre de manzana deja tu cabello sedoso, suave, y en general más manejable.

Vale la pena probar este método. No sólo por los beneficios para tu cabello, sino para tu bolsillo. Tanto el vinagre de manzana como el bicarbonato son mucho más baratos que el shampoo comercial. También puedes contribuir al ambiente evitando los residuos no reciclables: puedes conservar el bicarbonato en una caja de cartón y el vinagre en envases de vidrio durante meses.