Internacionales
23 de Octubre, 2016
Estados Unidos se prepara para una eventual tormenta solar
07:50 | Científicos del mundo alteraron sobre la posibilidad de una catástrofe espacial y en la Casa Blanca ya dieron la orden de planificar medidas. Los antecedentes del fenómeno y cuáles serán las terribles consecuencias en la vida cotidiana.

Puede parecer imposible, cuando en realidad las posibilidades son remotas, pero existen. Están allí y por eso el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dio la orden ejecutiva de que el país del norte de América comience a prepararse para una posible catástrofe climática, aunque esta vez la mano del hombre no sea la responsable.

El anuncio de Obama no busca ser apocalíptico, ni sembrar el pánico, ya que no existen fundamentos científicos irrefutables que certifiquen que un evento de tales proporciones pueda producirse en el corto o mediano plazo. Al contrario, el primer mandatario consideró como su deber tomar medidas públicas para concientizar sobre un problema -enorme- que aún no es tenido en cuenta por la mayoría de las naciones. El objetivo es que las autoridades comiencen a tomar las precauciones necesarias para desarrollar planes y programas de alerta, protección, reducción de riesgos y recuperación.

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La semana pasada, la Casa Blanca publicó en su web la necesidad de comenzar a tomar medidas en caso de que se produzca un posible evento climático espacial y los especialistas aseguran que una tormenta solar es el que tiene más posibilidades. Pero, ¿cuáles serían las consecuencias?, ¿existen antecedentes?

El 23 de julio de 2012, el planeta estuvo muy cerca de atravesar una catástrofe de proporciones bíblicas. Desde el sol se desprendieron una serie de eyecciones de masa coronal, la clase de erupción más intensa y, por ende, con un efecto devastador para los equipos electrónicos.

La nube de plasma magnetizada atravesó la órbita terrestre, pero no llegó a generar ningún impacto real debido a la posición de la Tierra. Los expertos aseguraron entonces que de haberse producido solo 9 días antes, aún hoy la humanidad estaría tratando de recuperarse de los efectos.

La tormenta fue detectada por la nave espacial STEREO (Observatorio Solar y Terrestre) de la NASA, que pudo calcular que la nube magnética alcanzó una velocidad máxima de más de 2.000 kilómetros por segundo, cuatro veces más de las que posee una típica de una tormenta magnética.

El escenario sería devastador. Luego del evento de 2012, investigadores de la Universidad de California, EEUU, junto a los de la Academia China de Ciencias realizaron una proyección sobre los posibles resultados y fueron determinantes: "La 'tormenta' hubiese producido estragos en la red eléctrica, los satélites y GPS. Al mundo le hubiese costado entre cuatro y 10 años para recuperarse de sus tremendos efectos".

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