El animal recientemente fue grabado mientras hacía su recorrido desde la chatarrería de Neile Vania Antonio de Sao Carlos hasta la casa de Lucía Helena de Souza. Fue la propia Lucía quien encontró al perro hace unos años después de que naciera en la chatarrería, y desde entonces lo comenzó a alimentar al igual que hace con el resto de perros callejeros. “Se acercó y olfateó los contenedores de basura, llamó mi atención y me di cuenta de que estaba sin hogar. Fue entonces cuando la llamé y le di algo de comida. Me di cuenta de que comió y luego se quedó mirando a la bolsa”, comenta Lucía.

Un vecino entonces le sugirió que tal vez Lilica estaba esperando a que le dieran la bolsa con comida para llevársela. Así que ella se la entregó y la perra se fue con la bolsa. “A partir de entonces, siempre lo hicimos así”, explicó. b Cuando sus cachorros crecieron y fueron adoptados, Lilica continuó llevando comida para otros animales. “Al principio ella llevó comida a sus cachorros pero con el tiempo empezó a llevarle comida a otros animales que vivían en el depósito de chatarra”. Ahora Lucía le prepara una bolsa con salchichas, arroz y frijoles y espera a que el fiel perro vuelva.

Lilica llega allí sobre las 9.30 de la noche, come hasta saciarse y espera a que Lucía le ate la bolsa. Cuando regresa a la chatarrería, los otros animales se turnan para comer. “Yo no viajo, no voy a ningún sitio ya que ella confía en mí y es un compromiso que tengo con ella. Ella viene todos los días”. “Nosotros como seres humanos apenas compartimos cosas con otros. Un intercambio entre animales es una lección para todos nosotros”, concluye la mujer.