Recibimos el llamado de él mismo. "Soy Ángel, el hijo de Walter Rolando y quisiera saber si me podés hacer una nota", escuché del otro lado del teléfono. "¿Puede ser hoy mismo?", me preguntó. Accedimos porque entendimos que nunca había podido dar su versión a los medios, y tomamos los resguardos del caso.

Acompañado por su papá Walter, que lo autorizó a hablar, sólo enfocamos sus manos y tomamos su voz, entendiendo que por ser menor de edad debemos preservar su rostro. Habló libremente, contestó todas las preguntas que como periodista tenía para hacerle.

Ángel comenzó relatando qué pasó la noche del 21 de agosto del año pasado. "Yo me fui a dormir un rato, porque estaba cansadísimo. Y además tenía taller al otro día. Y le pedí a Ayelén que me llamara a las 9:00 (NdeR 9 de la noche) para ordenar antes que venga mamá. No escuché el timbre de mi papá, estaba durmiendo y tengo un sueño muy pesado. Pero sí escuché el celular cuando me llamó papá, porque lo tenía al lado en una silla", cuenta Ángel sobre el momento previo a encontrarse con su hermana muerta.

"Cuando paso para el pasillo para ver si estaba todo bien la veo. Fue todo una desesperación. Salí corriendo para afuera a pedir ayuda a los vecinos y ellos llamaron una ambulancia y a mi papá", cuenta el adolescente en otra parte de la entrevista.

"Mi gran duda, que yo al principio no lo noté pero lo aclaré al final en mi declaración... teníamos la costumbre con mi hermana de dejar puesto un pasador en la puerta y lo sacábamos antes que volviera mamá a la noche. Esa noche cuando salí corriendo a buscar ayuda el pasador no estaba puesto. Mi gran intriga es si le abrió a alguien de confianza", explica Ángel sobre su sospecha de qué sucedió aquella noche. "Para mí que le abrió a alguien conocido del grupo de mi mamá".