Primero de seis hermanos, Mauricio Macri nació en Tandil el 8 de febrero de 1959. Hijo de Alicia Blanco Villegas y Franco Macri, un empresario que supo consolidarse como uno de los más poderosos del país. 

En aquel Tandil de los años '60, un pequeño Mauricio pasaba sus días entre la rutina familiar y su amada abuela, aquella que visitaba casi todos los días en la casona de avenida Colón que aún existe. 

Ya con el tiempo, la vida lo llevó a otras ciudades y Mauricio sólo comenzó a visitar Tandil en Navidad, Año Nuevo y los veranos. Esos calurosos y silenciosos veranos tandilenses que el ahora joven Macri pasaba en la quinta que la familia tenía en Villa Laza, al pie del cerro, en medio de la naturaleza más apacible que Tandil le podía regalar. 

Si bien el adolescente Macri, que aún no soñaba con llegar a la presidencia vivía en Capital y estudiaba en el Colegio Newman, llegaba cada verano a Tandil. Y hasta llegó a tener dos novias en nuestra ciudad. 

Con el tiempo, Tandil fue quedando atrás. Al igual que la adolescencia, que daba paso a la vida universitaria. Visitaba su ciudad natal con menos frecuencia, pero lograba su ansiado título de Ingeniero Civil. 

A los 22 años se casó en Capital Federal con  Ivonne Bordeu, con quien tuvo tres hijos. Y en el 94 se casó con la modelo Isabel Menditeguy, de quien se separó en 2005 al poco de comenzar con su carrera política.

En 2008, el Hospital de Niños de Tandil abrió sus puertas homenajeando a su tío, el doctor Debilio Blanco Villegas. Ese día fue uno de los primeros en los que Macri regresó a Tandil ya como Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

Lo hizo luego en 2010, cuando eligió Tandil, "su lugar en el mundo", para contraer matrimonio con Juliana Awada. Aquí, en la ciudad se casaron con una mega fiesta en una estancia privada. 

Al poco tiempo, la pareja dio a luz a su primera hija, Antonia. 

Mauricio Macri, el tandilense, el que nació en cuna de oro pero supo forjar su propia marca. El que corría bajo los tilos de avenida Colón para visitar a su abuela. El mismo que se emocionó cuando vio el nombre de su tío en el primer hospital pediátrico de Tandil. Ese, hoy es presidente de los argentinos. 

El Calafate ya no será más un lugar en el mundo. Ahora es el turno de Tandil. 

* Por Florencia Montaruli