Uno, Antonio, en la provincia de Córdoba, en mayo del año pasado. Ahora, César, en Chile. Ambos eran apasionados por la aviación y las acrobacias. Antonio había crecido entre aviones y había heredado la pasión de su padre. 

Antonio piloteaba su avión sobre General Cabrera, provincia de Córdoba, unos días después de haber participado en el festival aéreo de Villa María. Junto a él, murió su copiloto Néstor Javier Camejo. La nave cayó sobre un campo. Antonio quedó muy malherido y murió días después. 

En estos días, César había partido a Chile para participar de un festival aéreo en Villarrica. Siempre recordaba a su hijo. En cada vuelo, en cada posteo de facebook: "Te extraño hijo", había escrito un par de meses atrás. 

Este viernes, y por razones que aún se desconocen, el experimentado piloto de acrobacias perdió el control de su nave y cayó, muriendo en el acto. 

La misma pasión y el mismo trágico destino.