Según informó el área de prensa del Senado de la Provincia, el vicegobernador Gabriel Mariotto visitará este sábado la localidad de Azul, azotada por una grave inundación que dejó evacuados y pérdidas incalculables.

Es así. Tuvo que haber una nueva inundación (tras una seguidilla de dos en dos meses) para que un político se acordara que algo había que hacer. Es como cuando hay un muerto, y alguien comienza a hablar de combatir el delito, o como cuando es necesario que un tren se lleve 51 vidas para comenzar a investigar si, efectivamente, la concesión funciona como debería.

Es triste ver que, una vez más, los ciudadanos son víctimas de las riñas políticas, en este caso, entre Mariotto y Scioli. Será en esta oportunidad el ex titular del ex Comfer el que se lleve las fotos junto a los evacuados y prometa, por enésima vez, soluciones.

Hace 30 años que Azul necesita una represa. Esta semana, la señora Presidenta anunció por segunda vez la construcción de una represa en Santa Cruz que llevará, obviamente, el nombre de su marido y ex presidente fallecido. Quizás en Azul sea más necesario y urgente. Y no importa si lleva el nombre de Néstor Kirchner o no. Se trata de acordarse que el interior existe, y que porque la inundación ocurre en una provincia "enfrentada" a la Nación por la patética guerra de candidatos a Presidente, no significa que no haya que acordarse.

Miles de azuleños lo perdieron todo. Deberán empezar de cero. Seguramente se acordarán de las tantas promesas de tantos políticos que, como casi siempre ocurre, nunca se cumplieron. Y Mariotto anuncia con bombos y platillos que llegará a Azul para "interiorizarse" de lo ocurrido. Hace dos inundaciones que ya podría haberse interiorizado. Y pretenderá con eso, recaptar los votos que, al igual que miles de pertenencias, se los llevó el agua.

(Por Florencia Montaruli)