Nacionales
22 de Septiembre, 2014
La beba que sobrevivió en la alcantarilla sigue grave
19:15 | Tiene serio riesgo de infecciones por las horas que pasó en el agua, donde fue encontrada junto al cadáver de su mamá. El padre está detenido, acusado del crimen.

La beba de un año y nueve meses, que sobrevivió en una alcantarilla junto al cadáver de su madre, sigue "muy delicada", según contó esta mañana su tía, Mariana Acosta.

El caso de Paola Acosta y su hija Martina conmociona a Córdoba. El miércoles, la mujer de 36 años --madre también de dos chicos de 14 y 12 años-- desapareció junto con su beba. El último contacto que tuvo fue con Gonzalo Lizarralde, padre biológico de su hija, con quien se debía encontrar para recibir el pago de la cuota alimentaria.

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No se supo nada más de ellas hasta ayer, cuando la beba fue encontrada por su llanto en una alcantarilla. Estaba junto al cuerpo de su mamá, que murió apuñalada.

La beba está internada en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital de Niños de Córdoba. Según confirmó su director, Néstor Perotti, es una paciente que "por sus antecedentes y su posibilidad de complicación hay que catalogar como grave". El médico destacó que la bebé pasó "más de 80 horas en condiciones de hipotermia, inanición y en contacto con aguas servidas, por lo cual sus posibilidad de infección y complicación son sumamente importantes".

Mariana, la tía, confió en que, pese a lo delicado del cuadro, son optimistas con el pronóstico: "Hoy la vi muchísimo mejor que ayer. Está muy bien cuidada acá. Tenemos fe en que se recupere pronto después de estas 80 horas". También adelantó que con su familia harán "todo lo posible" para conseguir la guarda de Martina.

Lizarralde, el padre de la beba, es el principal sospechoso por la muerte de su madre. Había tenido una relación ocasional con Acosta y se había negado a reconocer a la nena, lo que finalmente hizo en agosto luego de que los análisis de ADN confirmaran que era su hija. "Evidentemente no tenían una buena relación, pero mi hermana no nos comentó que hubiera habido amenazas previas", aseguró Mariana.

La mujer cuestionó a la Policía por las demoras en la investigación --"Arrancó todo tarde, cuando empezamos a presionar con el escrache en la comisaría"-- e insistió en que las pruebas contra Lizarralde son contundentes. "No tenemos ningún tipo de dudas, porque tenemos tres certezas. El imputado fue la última persona con la que tuvo contacto, le secuestraron una camioneta con manchas de sangre humana, y el cuerpo de mi hermana aparece en una alcantarilla de uno de los recorridos que él hace de su panadería", enumeró Mariana Acosta.

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