El peritaje balístico de la Policía Federal que se hizo sobre el cuerpo de Alberto Nisman habría determinado que el disparo efectuado desde la Bersa calibre 22 de Diego Lagomarsino se habría producido a entre 15 y 20 centímetros de la masa craneana, según anticipa el diario Clarín a partir de una fuente judicial. 

Este peritaje inclusive estaría ya escrito en el informe de la Federal y forma parte del peritaje más completo que sale a su vez con la autopsia, que realizaron por su parte los médicos forenses. 

Este detalle pone en duda la primera teoría de que el Fiscal Especial de la Unidad AMIA se habría suicidado y alimenta la de que fue asesinado. La versión no ha sido aún oficializada. 

Las mismas fuentes que consultó Clarín, explicaron que si el disparo de una Bersa calibre 22 se produce pegado al cráneo, el tiro queda adentro, no tiene orificio de salida y, si lo tiene, es limpio. Si se aleja, el proyectil de la Bersa Calibre 22, la bala toma velocidad y produce otros efectos sobre su blanco. Cabe recordar que en el caso de Nisman, el informe registró que el fiscal había perdido bastante masa encefálica.