Nacionales
26 de Febrero, 2015
La Base Naval de Mar del Plata, un parque de atracciones
06:30 | El regreso de la Fragata Libertad –que llega hoy a la Capital rodeada de polémica por el rumor sobre la presencia de militantes a bordo- pone en foco el peculiar uso que el Gobierno le ha dado a las instalaciones militares.

"Verano de Emociones" es el nombre del programa lanzado por el Ministerio de Cultura de una administración amante de las "propuestas culturales gratuitas" que en este caso tuvo por escenario varios sitios turísticos del país, tales como San Marcos Sierra, en Córdoba, o el balneario Las Grutas, en Río Negro.

En total, según cifras oficiales, casi dos millones de personas participaron en todo el país de las actividades previstas en el programa.

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Pero en el caso de Mar del Plata, el punto más concurrido de este "Verano de Emociones", lo llamativo fue la sede elegida para instalar las atracciones turísticas: ni más ni menos la Base Naval de esa ciudad.

Es tradición que la Fragata Libertad se desplace a Mar del Plata durante el verano y que se la pueda visitar. Como también se lo puede hacer en determinados momentos en Buenos Aires. Pero esta vez la emblemática nave fue el centro de una kermesse en la que no faltaron los dinosaurios tamaño natural. Y, por las noches, los recitales de bandas como Los Cafres, Kapanga y Los de Fuego.

Cabe aclarar que la Base Naval Mar del Plata es asiento del Comando del Área Naval Atlántica con jurisdicción desde Punta Indio hasta Comodoro Rivadavia. Es sede de la fuerza de submarinos de nuestra Marina. Allí se encuentran apostados también los buques que integran la División Patrullado Marítimo, es decir con la responsabilidad de asegurar nuestra zona de exclusión marítima y proteger el patrimonio que contiene.

Esas son las instalaciones estratégicas que, en los últimos tres meses por lo menos –el programa cultural se inició en enero, pero el montaje de los escenarios empezó en noviembre pasado-, vieron alterada su fisonomía y funcionamiento.

La "variada oferta de actividades culturales, artísticas, científicas y recreativas" que el gobierno destinó a la diversión gratuita de los veraneantes implicó la instalación de "ejemplares animatrónicos de dinosaurios", stands para divulgación científica alternados con puestos de venta de comida y bebida –más algunos de propaganda política-, una feria de artesanías, otra de Emprendedores, la Kermés de Pakapaka (el canal infantil oficial), escenarios para espectáculos artísticos y hasta trenes de Randazzo –y, en este caso, no de utilería-.

Los dinosaurios tamaño natural que invadieron la base son parte de la dotación de Tecnópolis- e integran la exposición "Tierra de dinos", organizada por el Ministerio de Cultura de la Nación.

Estas actividades "recreativas" y "científicas" ocuparon la base durante dos meses, de miércoles a domingos, de 16 a 24 horas.

La muestra concluyó y fue levantada a comienzos de esta semana y la Fragata zarpó de regreso a Buenos Aires; está previsto su arribo este mediodía, en medio de rumores sobre la presencia de militantes de La Cámpora a bordo, lo que fue desmentido por las autoridades.

El encargado de relaciones institucionales de la Base Naval de Mar del Plata, Oscar Filippi, dijo a la agencia Télam que "más de 300 mil personas recorrieron el emblema nacional" en visitas guiadas por los propios marineros y capitanes, convertidos de este modo en animadores turísticos.

No sería ésta la primera vez que el oficialismo hace un uso arbitrario de instalaciones militares. Recientemente, el titular del Ejército debió admitir que militantes de La Cámpora, que viajaron a Mendoza para apoyar al candidato kirchnerista –derrotado- en las elecciones del domingo pasado en la Capital de esa provincia, utilizaron las instalaciones de la guarnición militar Campo Los Andes, un sitio estratégico al pie de la Cordillera. Frente a la denuncia formulada por la prensa y los pedidos de informes de la oposición mendocina, el general César Milani aclaró que no se alojaron allí sino que sólo utilizaron los sanitarios. Pero el caso no está cerrado.

Que una base militar como la de Mar del Plata haya estado destinada durante por lo menos dos meses a una actividad totalmente ajena a sus estratégicas funciones tal vez no deba sorprender tanto en un contexto de pérdida y/o hurto de armamento –desde balas hasta un misil- de instalaciones militares; situación a la que el gobierno responde cerrando cuarteles, lo que dice bastante sobre su concepción de la función de nuestras fuerzas armadas y de la Defensa nacional.

Al inaugurar la temporada de Verano de Emociones en Mar del Plata, a comienzos de enero, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, dijo que la idea era "acercar las Fuerzas Armadas a la comunidad", objetivo que, subrayó, le había encargado Cristina Kirchner cuando lo nombró al frente de la cartera.

Pero esta frivolización del concepto de integración es en definitiva la contracara de la política que abrazó esta administración desde sus inicios, cuando se abocó a un revanchismo por hechos del pasado contra nuevas camadas militares ajenos en su inmensa mayoría a aquellos acontecimientos.

Tampoco sería la primera vez que se destinan estructuras que son del Estado –es decir de todos los argentinos-con fines partidarios –de eso se trata en definitiva este "Verano de Emociones", que no es más que una forma velada de propaganda de gestión. Baste pensar que las vastas instalaciones de la ex ESMA han sido escenario de plenarios de La Cámpora y de asados de fin de año convocados por funcionarios de Gobierno.

Fuente Infobae

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