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El juicio oral por el crimen de la adolescente Ángeles Rawson, asesinada en junio de 2013 en el barrio porteño de Palermo, concluyó este viernes por la tarde con la declaración del padre de la víctima, Franklin Rawson, y se reanudará el miércoles próximo con la de la de la esposa del portero Jorge Mangeri, único imputado en el caso.
La madre de Ángeles, Jimena Aduriz, primer testigo en declarar afirmó este viernes que el día de la desaparición de su hija, apenas advirtió que no había regresado a su casa del barrio porteño de Palermo, llamó a su celular, alguien contestó y cortó, pero inmediatamente después le dio apagado.
Aduriz, recordó que el 10 de junio de 2013 su hija debía regresar a las 21.15 de su clase de inglés, pero no lo hizo.
"Le mando un mensaje de texto a las 21.30, no contesta y a las 21.40 la llamé al teléfono, el celular sonó, alguien contestó y cortaron, después daba apagado", relató Aduriz.
En otro tramo de la declaración, ante una pregunta del fiscal Fernando Fiszer, aseguró que Ángeles "se cuidaba las uñas" y luego aclaró que una uña que fue secuestrada en el auto de su pareja le pertenecía a ella, porque se la había roto la semana anterior.
Las uñas de la joven son clave en esta causa ya que debajo de ellas se encontró ADN de Mangeri, la principal prueba que lo incrimina en el caso y que su defensa cuestiona.
Además el portero presentó lesiones compatibles con arañazos cuando fue detenido, lo que se interpretó como heridas producidas por la víctima en su intento de defenderse.