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Un estudio privado de la consultora CCR arroja números alarmantes. Según los resultados de la investigación, el “resorte económico medio” se redujo casi dos puntos en los últimos tres años. ¿El motivo? Un aumento de la clase baja, que ya reune a casi la mitad de los hogares argentinos.
La barrera que separa la clase media de la baja es un ingreso mensual superior a los 11.700 pesos por hogar. Este límite, que duplica el nuevo salario mínimo, no lo cruza el 47,5% de las familias argentinas.
Aquellos que tienen un ingreso de $4600 son considerados de clase baja y, para el estudio, representan el 17,2% del país. En tanto, los trabajadores que perciben un salario de $8250 pertenecen a la clase baja superior y suman al 30,3% de los argentinos.
El análisis publicado en el diario La Nación explica que la pirámide social da cuenta de un estancamiento en el proceso de ascenso social y recuperación de la clase media.
Para ser considerado de clase media baja (30.6 por ciento), se debe percibir un salario de $16.600. A la clase media típica, en tanto, se accede con $33.700 o más. Y, por último, la clase alta y media alta, debe tener un ingreso mensual de 65.000 o más.
Uno de cada cuatro trabajadores gana por debajo del salario mínimo legal, según un informe que difundió ayer el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) sobre la base de datos del Indec.
El estudio precisa que los ingresos muestran fuertes variaciones según la zona. En la Capital Federal apenas el 12% de los asalariados se encuentra por debajo del mínimo, mientras que en el nordeste del país el porcentaje trepa al 54%, y en las provincias del noroeste ronda el 48 por ciento.
La semana pasada, el Gobierno anunció un incremento en el salario mínimo, el cual comenzará a regir a partir del 1° de agosto próximo, y pasará de los 4716 pesos actuales a 5588 pesos.