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Si llega a la presidencia, Mauricio Macri le pedirá la dimisión a Alejandro Vanoli, el actual titular del Banco Central, y a Alejandra Gils Carbó, la procuradora general de la Nación. “El presidente del Banco Central tendría que presentar su renuncia. No creo que tenga ninguno de los requisitos profesionales para estar en ese cargo, salvo la militancia”, lo definió a Vanoli en un almuerzo ante empresarios.
“Espero que muchos de ellos –los funcionarios designados en puestos clave por su obediencia a la Casa Rosada– tengan la dignidad de presentar su renuncia”, enfatizó el candidato a presidente de Cambiemos. “Y lo mismo creo de la Procuradora (Gils Carbó), es una militante (...) necesitamos a alguien con análisis imparcial”, señaló Macri, quien ya había adelantado a Clarín que quiere la renuncia de esa funcionaria en una entrevistada publicada el 26 de julio.
Vanoli tiene mandato hasta 2019 y Gils Carbó dejará el puesto si renuncia o es destituida por dos tercios del Congreso. “Recurriremos a la opinión pública y pediremos los instrumentos necesarios al Congreso para tener alguien idóneo, responsable, respetable ... no un Procurador que sea amigo del Presidente, sino un Procurador que ayude a que se cumpla la ley”, marcó Macri.
El actual jefe de Gobierno porteño fue a un almuerzo organizado por Eduardo Eurnekian en el Hotel Alvear. A su lado, se sentó Jorge Brito (Banco Macro). En esa mesa, almorzaron lomo con Adelmo Gabbi (de la Bolsa), Héctor Méndez (de la UIA), Luis Luis Etchevehere (La Rural), Carlos de la Vega (Cámara de Comercio), Juan Chediak (Cámara de la Construcción) y Antonio Estrany y Gendre (petroleras Axion y Bridas), Varios ejecutivos se mostraron cholulos para sacarse selfies con Macri como cuando los visitó el ministro de Economía –Axel Kicillof– hace un mes.
“Será tiempo de cambiar improvisación por previsibilidad según la direccionalidad del deseo expresado en las urnas”, preludió Eurnekian al orador invitado.
“La inflación es la madre del atraso cambiario. En menos de dos años tenemos que bajarla a un dígito”, aseguró Macri, ¿Habrá devaluación si se quita el cepo?, le preguntó la prensa. “Espero al 10 de diciembre, Los mercados van a sobregirar en la positiva al ver que triunfó el cambio. Por el contrario, espero que no entren tantos dólares que aprecien el tipo de cambio”, argumentó.
Diego Santilli, Patricia Bullrich, Federico Pinedo, Fernando Niembro, Francisco Cabrera, Carlos Melconian y Guillermo Dietrich se desparramaron en las mesas para alentar a Macri. Los radicales Enrique “Coti” Nosiglia, Oscar Aguad, Ramón Mestre y Eduardo Costa acompañaron. También fueron Graciela Ocaña, Guillermo Nielsen y Vilma Ibarra.
En las mesas de banqueros (Jorge Brito hijo, del Macro, Jorge y Tomás Sanchez Cordova, del Finansur, Arturo Piano, de la casa homónima), había bromas sobre Boca y River. Guillermo Stanley (de Havanna, su hija Carolina es del PRO), Martín Cabrales y Luis Basavilbaso (Citroen) se mezclaban con Marcelo Figueiras (laboratorios Richmond), el conductor Ivan de Pineda o el embajador estadounidense Noah Mamet.
Juan José Aranguren (ex número uno Shell, ahora asesor de Macri) hablaba de petróleo con Tomás Hess (Esso). “Muy buen discurso”, lo definió Santiago Soldati, que –junto a Aldo Roggio– aportó la cuota de empresarios que florecieron en los 90 y estuvieron mostrándose menos en los últimos años.