En importantes despachos del Gobierno nacional y el bonaerense lo señalan como uno de los responsables de la derrota. Dicen que si aceptaba ser candidato a gobernador bonaerense, como le pidió la Presidenta, el Frente para la Victoria retenía la provincia de Buenos Aires y Daniel Scioli ganaba la Presidencia.

Florencio Randazzo tiene otra visión. “La elección se perdió el día que Cristina fulminó la primaria. Si la hacíamos, nos potenciábamos, como hicieron las otras fuerzas. Ella sabía perfectamente que yo había dado mi palabra y no iría a la Provincia”, es el argumento que están cansados de escuchar sus colaboradores.

Para la semana próxima prepara una despedida a lo grande, inédita para un ministro que está a días de dejar su cargo: presentará un plan quinquenal de desarrollo ferroviario, con obras que ya están iniciadas y otras que tienen el financiamiento preacordado para continuar con las mejoras y expansión del ferrocarril en el interior del país.

El plan quinquenal randazzista no hará más que dar pasto a sus compañeros del PJ que todavía no lo perdonan y que ya olfatean “una nueva traición” tras los elogios que le dedicó hace pocos días Horacio Rodríguez Larreta a su gestión en documentación y transporte. Hay más puentes con el PRO: Randazzo es amigo personal de Emilio Monzó, el armador político de Macri de pasado peronista (la hermana de Monzó es una de sus principales colaboradores en el Ministerio).