Lo que parecía ficción, finalmente fue realidad. Encontraron una bóveda en la estancia "La Julia" y el hallazgo coincide con la declaración del valijero de Lázaro Báez, Leonardo Fariña, que había señalado, con un croquis, el punto exacto en esa propiedad donde había una bóveda, en su momento, llena de dinero. La bóveda en cuestión estaba oculta detrás de una falsa bodega. Una puerta oculta conducía hacia el lugar donde, según Fariña, Báez guardaba dinero. 

La información que entregó el arrepentido fue clave para que los investigadores, que recorrieron cada rincón de la casa con los perros adiestrados, y descubrieron un lugar muy húmedo.

Algo que debía tener botellas, estaba vacío. Una bodega sin vinos fue lo que que llamó la atención de los oficiales. Sobre el costado, una puerta reforzada llevaba a una habitación. Adentro, el dinero ya no estaba y en su lugar, la habitación apareció repleta de escombros. Para el fiscal, no hay dudas de que en ese lugar, Báez escondió algo. 

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