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Pudo haber sido una tragedia. En un salón de fiestas del partido bonaerense de Moreno, más de veinte niños, de entre 4 y 5 años, fueron intoxicados, al inhalar monóxido de cárbono proveniente de un grupo electrógeno, colocado imprudentemente en un espacio cerrado, cercano a los juegos infantiles.
Los menores comenzaron a manifestar dolores de cabeza y mareos, y a pesar de los intentos de la dueña del lugar por minimizar la situación, fueron retirados por sus madres a la calle. Allí uno de ellos experimentó convulsiones y otro niño perdió el conocimiento.
Sin embargo, mientras las víctimas continúan recuperándose, el establecimiento desarrolla su actividad con normalidad. El salón de fiestas se llama “Altamar”.
Durante el festejo, “los chicos comenzaron a descomponerse. Salían del pelotero y venían adonde estábamos las mamás y nos decían que estaban mareados y tenían dolores de cabeza”, relató a Crónica, Paula Ruiz, mamá de uno de los niños. La situación empeoró en momento en el cual “uno de los nenes vomitó y atrás de él otro nene hizo lo mismo y comenzó a convulsionar”.
Fue entonces que cada progenitora tomó a su hijo y en forma organizada salieron rumbo a la vereda al advertir un nauseabundo olor, que era monóxido de cárbono, causante de los malestares.
En la calle, una de las criaturas se desmayó, siendo asistido por personal de bomberos, que encabezó el traslado de los 27 pequeños a tres centros de salud de la zona.
Los peritos confirmaron un 200 % de nivel de monóxido de cárbono en el recinto que emanaba de un grupo electrógeno situado en un cuarto contiguo a la sala de juegos. No obstante, a pesar de la negligencia, el salón no ha sido clausurado, sino que horas después llevó a cabo otros eventos.