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Un joven ingresó a una carnicería a robar y casi muere congelado. El asalto con el que tal vez él y otros dos tres jóvenes pensaban hacerse de una cantidad interesante de dinero terminó mal.
Sucedió en una un local del barrio Los Olivos, de la ciudad salteña de General Güemes y según el relato del propietario del comercio, una vecina le avisó en la madrugada del domingo que había escuchado varios ruidos dentro de su negocio. "Estoy segura de que le están robando", sostuvo la mujer.
La vecina no solo llamó al comerciante, sino que también dio aviso al Sistema de Emergencias 911 de General Güemes.
Su llamado hizo que el personal policial llegara antes que los dueños. Los efectivos vieron a dos jóvenes que estaban cerca de la carnicería en una actitud sospechosa por lo que los demoraron. Al requisarlos no les encontraron nada y los dejaron en libertad.
Núñez junto a sus familiares ingresaron al negocio para revisar el estado de las cosas y descubrieron que les habían sustraído 900 pesos de la caja, por lo que decidieron realizar la denuncia.
Mientras ellos concurrían a la comisaría, un empleado se ofreció para quedarse toda la noche, ya que también notaron que las rejas de una ventana habían sido dobladas y dedujeron que por allí ingresó una persona de contextura pequeña.
Tras realizar la denuncia, regresaron a la carnicería y allí el empleado les dijo que no se quedaría a dormir. "Aquí asustan, se escuchan extraños ruidos y eso me está poniendo nervioso", les dijo.
La sorpresa fue cuando abrieron una gran heladera frigorífica capaz de guardar varias medias reses. Allí, entre la carne, estaba escondido un menor temblando de frío casi sin poder balbucear palabras.
De inmediato volvieron a llamar a la Policía. El menor fue el responsable de la desaparición del dinero pero no lo tenía consigo, por lo que dedujeron que no había actuado solo, sino que lo hizo con los dos muchachos que esperaban afuera.
"No pudimos recuperar el dinero, el delincuente ya está en libertad y no podemos hacer nada", se lamentó el propietario de la carnicería.
"Si permanecía ahí algunas horas más quizás no hubiera sobrevivido a la baja temperatura", sostuvo el carnicero.