La mamá de Noelia Micaela Altamiranda Paz la buscó durante más de un mes. Recorrió el barrio de Merlo con afiches con su cara, caminó las zonas vecinas, habló, preguntó, era como si se la hubiera tragado la tierra. El único lugar al que no había ido era la morgue, hasta que la llamaron para reconocer un cuerpo y todo su mundo se desmoronó.

La habían encontrado en un descampado en el barrio de emergencias Puerta de Hierro, en Merlo, y desde el 10 de febrero la tenían como NN. Aunque por su estado era casi irreconocible y todavía resta esperar el resultado de la autopsia y la confirmación oficial, un tatuaje en su pierna y otro en la mano le quitaron cualquier duda que pudiera guardar.

El dolor fue aún mayor al descubrir la crueldad de la que fue víctima antes de su muerte. Según publicó Primer Plano Online estaba golpeada, le faltaba un brazo, un ojo y también habría sido empalada. Tenía 22 años y era mamá de una nena de 4 y de un bebé de 11 meses.

La causa quedó en manos de la UFI 8 de Morón y hasta el momento fue caratulada como "averigüación de causales de muerte".