Hace unos días, una señora salió a la calle con su mascota. Hasta ahí, nada anormal. Sin embargo, la manera en que llevaba al indefenso conejo llamó la atención de los vecinos. La mujer lo arrastraba como si fuera una bolsa de papas.

Algunas personas, sorprendidas por semejante acto de crueldad, la siguieron varias cuadras e intentaron frenarla. Otros, la filmaron con su celular mientras le pedían por favor que parara con el maltrato.

Pese al esfuerzo realizado, la mujer respondió a los gritos: “No lo voy a levantar. Está castigado por todo lo que me hizo”. Y sentenció: “Es un animal, es mío y es mi problema”.

Crónica.com.ar se comunicó con uno de los vecinos que presenció el hecho. Alejandro contó que esa misma noche (miércoles 20 de agosto), unas nueve personas hicieron la denuncia en la comisaría 19. La policía inició un sumario (número 3139) bajo la Ley Sarmiento. Después de pasar varias horas allí y de que lo revisara un veterinario del barrio, el conejo volvió con su dueña.

La acusada es Claudia Manrrique. Da clases particulares en su casa de Pacheco de Melo al 1900, en Recoleta. Algunas alumnas señalaron que les llamó la atención su accionar, ya que siempre lo tiene a upa y le hace mimos.

Como la mascota volvió con ella, los denunciantes le hicieron un escrache frente al edificio en el que vive. La iniciativa no tuvo el resultado que esperaban, ya que a la movilización se sumaron algunos fanáticos a tocar el timbre e insultarla por el portero eléctrico.

La investigación quedó a cargo de la Unidad Fiscal Este, equipo fiscal B a cargo de la Dra. María Massagilia.

Ley Sarmiento

Al igual que a todos los ciudadanos, la ley también protege a los animales. La 14.346 de Protección Animal está incluída en el código penal, y en su artículo 1 explica que el acusado puede ser condenado de 15 días a un año de prisión según el daño que haya causado.

Además, en el artículo 3 inciso 7, califica como maltrato "lastimar o arrollar animales intencionalmente, causarles torturas o sufrimientos innecesarios, o matarlos por el sólo espíritu de perversidad".