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11 de Abril, 2017
Recursos para combatir la erosión en obras hidráulicas
17:35 | La remoción de partículas (arena, gravas, limos, arcilla, etc.) del fondo del cauce de un río es lo que se conoce como erosión hidráulica; ocurre porque no siempre tales materiales resisten la fuerza de arrastre que produce el movimiento del agua.

Dicha fuerza es impuesta por el poder erosivo que tiene el líquido y la resistencia inherente del suelo a la erosión. El material que contiene el fondo de un río normalmente está equilibrado, pero en caso de crecidas gran cantidad de este suelo es lavado y arrastrado corriente abajo.

Igual sucede cuando hay inundaciones o el nivel sobrepasa su cota normal, arropando parte de una estructura y socavando el suelo, mientras afecta la obra.

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Por interferencia humana y la misma erosión, cada vez se ven más obras hidráulicas para combatir este fenómeno natural; hay cuencas de disposición de energía, soleras, espigones, colchones y gaviones en represas.

Existen erosiones al pie de las obras, en las transversales o al fondo, debido a la fuerza del agua. En ingeniería civil y en obras hidráulicas es conveniente utilizar geosintéticos para evitar la erosión; las alternativas que ofrece para este tipo de trabajos se basan en estructuras rígidas o semirígidas.

De bajo riesgo y accesibles

Para un mejor funcionamiento los expertos en esta materia recomiendan acompañarlos con mantos de vegetación, de manera que se reduzca la velocidad con que corre el agua, al tiempo que se consiguen efectos mecánicos para reforzar el suelo, gracias a las raíces de dicha vegetación.

Estos recursos geosintéticos son fabricados con poliéster o nylon y generalmente se rellenan con cemento, aunque no es una limitante porque pudiera utilizarse arena.

Este material además de proteger el suelo de la erosión, también brinda seguridad y durabilidad a la estructura que se levante; favorece la revegetación; es factible emplearlo en zonas inundadas, resguarda contra la erosión de taludes y cuida el revestimiento de las tuberías en sistemas de drenaje.

En ingeniería civil recomiendan el uso de estructuras que sean de bajo riesgo y accesibles, que además ofrezcan a la obra la calidad requerida.

La impermeabilización es otra de las técnicas que se emplea en las obras hidráulicas para evitar la erosión; todo dependiendo del tipo de estructura.

Aspectos a considerar

Un aspecto básico como en todo tratamiento contra la erosión, es el estudio del terreno para saber a qué se está enfrentando y qué método es el más conveniente a fin de conducir las aguas sin que produzcan daños.

Este tipo de estudios de suelos son realizados por expertos, quienes analizan las características edafológicas, geológicas y otras, para determinar qué es lo que aplica a la hora de levantar una estructura a orillas de un río.

Asimismo es imprescindible crear mapas o planos que ayuden a establecer si el terreno es conveniente para usarlo en la proyección de una infraestructura.

Las soluciones antierosión son estudiadas en obras públicas y grandes proyectos, de manera que se ejecute la que convenga en el terreno sin que genere un impacto negativo.

El plan seleccionado por los encargados, debe proteger en el tiempo la obra hidráulica, previniendo el desgaste a través del mantenimiento adecuado.

De igual manera, el drenaje que se use en este tipo de obra, no debe superar el límite hidráulico del cauce receptor. Hay que diseñar buenos mecanismos de drenaje y, si así se requiere, diseñar y construir nuevos canales o estructuras, para integrarlos a la adecuada circulación de la escorrentía.

Aparte de controlar la erosión y el arrastre de sedimentos, no hay que perder de norte la conservación del suelo, el cumplimento de las normas que regulan el ambiente y la reducción del impacto ambiental.

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