Salud
29 de Diciembre, 2016
Prestá atención: Las trampas de tu cerebro que te llevan a hacer tonterías
09:47 | Gracias a la evolución y la educación tenemos algunos patrones de conducta que les permiten a las neuronas no analizar cada situación "desde cero".  Sin embargo, algunas reacciones automáticas conocidas como distorsiones cognitivas te hacen actuar de forma imprudente.

Estos son los engaños más recurrentes que utiliza nuestro cerebro:

1. Convicción en aumento: 

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Cuanto más sigamos una estrategia en particular, más correcta nos empieza a parecer. Así funcionan las subastas: después de varias pujas terminamos pagando la cantidad más grande de la que habíamos planeado inicialmente. Para los grupos de personas funciona el mismo principio: las compañías invierten en las estrategias perdedoras incluso cuando cambiar el plan de acciones es más ventajoso.

Qué hacer: determinar previamente el costo aceptable de una compra, bajo qué circunstancias deberías seguir trabajando en el proyecto y en qué casos debes intentar aplicar algún otro enfoque.

2. Fe en la elección anterior: 

Dentro de un tiempo nos empieza a parecer que algunas opciones tienen más cualidades positivas que las que hemos rechazado. De esta forma nuestro cerebro nos protege de las reflexiones inútiles: ¿qué habría pasado si hubiéramos comprado otro refrigerador? Al mismo tiempo, esta distorsión nos impide sacar conclusiones de nuestros propios errores.

Qué hacer: anotar las ventajas y las desventajas de cada opción. O... lavarte las manos. Esto ayuda a superar los recuerdos negativos (esto se llama el efecto de Lady Macbeth) y a memorizar mejor tus decisiones como si hubieses "lavado" las dudas para aceptar la situación tal y como es.

3. Pensamiento colectivo: 

Al confiar en la opinión de los demás nos llevamos mejor con nuestros compañeros y ahorramos "el recurso del pensamiento". Sin embargo, el pensamiento colectivo puede hacerlos actuar en contradicción con los hechos y nuestras convicciones.

En los experimentos de Asch a los alumnos se les pidió decir qué líneas dibujadas tenían el mismo largo. Todos los participantes del experimento, menos uno, eran “agentes encubiertos“ y daban respuestas equivocadas. La única persona en observación a menudo estaba de acuerdo con los otros. Si al menos uno de los ”impostores" daba una respuesta diferente a los demás, la persona también empezaba a defender su opinión con más vigor.

Qué hacer: hablar de la situación con las personas que tienen diferentes puntos de vista y pensar en una solución en soledad.

4. Sumisión a la autoridad: 

En 1963 Stanley Milgram descubrió que somos propensos a obedecer la autoridad incluso cuando no estamos de acuerdo con sus indicaciones y a pesar de que expresar el desacuerdo no nos amenaza con nadie. Esto nos provoca una incomodidad que a veces lleva a una crisis nerviosa, sin embargo, en la mayoría de los casos la autoridad resulta ser más fuerte. Como en el caso del pensamiento colectivo, la existencia de una "tercera opinión" aumenta la resistencia a la opinión ajena.

Qué hacer: pensar en las decisiones importantes a solas.

5. Pérdidas desagradables: 

Nos entristecemos más por las pérdidas de lo que nos alegramos por las ganancias. Precisamente por eso, después de un periodo de evaluación gratuito, más clientes están de acuerdo con pagar este servicio que antes de dicho periodo. Al parecer, heredamos esta distorsión de aquellos tiempos cuando perder cualquier tipo de recurso, ya sea comida, herramientas, materiales, amenazaba la supervivencia.

Qué hacer: intentar evaluar qué tanto influyen en tu vida las pérdidas.

6. Efecto de ambigüedad: 

No nos gustan las opciones donde la probabilidad de que todo salga bien no está tan clara. Incluso si la opción alternativa promete una pequeña pero predecible opción de éxito, la elegiremos. La incertidumbre nos asusta más que las malas consecuencias.

Qué hacer: intentar evaluar al menos aproximadamente cuál es la probabilidad de éxito de aquella opción sobre la que casi no sabes nada.

7. Repulsión a las soluciones extremas: 

En las tiendas puedes encontrar paquetes de jugos caros al lado de otros más baratos. Al lado están otros que son aún más económicos. Lo más probable es que tu elección caiga en el jugo del precio que está justo en medio, aunque de no ser porque existe el jugo más caro, elegirías la opción más barata. Incluso los productos caros que no son básicos, ubicados en un lugar vistoso, te obligan a elegir compras de un precio mayor.

De la multitud de opciones a menudo eliges los "medianos" y no solo se trata de precios. Al considerar las opciones por separado, no en conjunto, tomas otras decisiones.

Qué hacer: considera las diferentes opciones por separado. No puedes ganerle a la publicidad.

8. Error de planeación y del optimista: 

Subestimas el tiempo que necesitas para realizar un trabajo. Esta distorsión se observa incluso cuando haces a tiempo este tipo de tareas que siempre toman una cantidad aproximadamente igual de tiempo. También subestimas la probabilidad de eventos negativos.

Qué hacer: no confíes en tu intuición y recuerda cuánto tiempo te tomó un proyecto similar en el pasado.

9. El error de los ejemplos frecuentes: 

Sobrevaluamos la importancia de las situaciones inusuales y subestimamos la importancia de los datos estadisticos promedio. Se nos hace más fácil guiarnos con los ejemplos concretos que con números que indican que este tipo de ejemplos ocurre muy pocas veces.

Qué hacer: tomando una decisión, investiga la mayor cantidad de situaciones similares, no confíes en las que ya conoces.

10. Sobrevaluación del impacto: 

Sobreevaluamos la influencia de los eventos grandes en nuestro bienestar. Un año después de haber ganado la lotería o un accidente automovilístico nos sentimos casi igual que antes de que sucediera esto.

Qué hacer: trabajar en aumentar el nivel de la felicidad a base regular, por ejemplo, hacer ejercicio y mejorar relaciones con tus seres queridos.

11. Subestimación de la inactividad:

Si la probabilidad de una complicación después de una vacuna es la misma que después de la enfermedad, la mayoría de las personas prefirirán no vacunarse. Y si invitas a las personas a que respondan una encuensta que tenga algunas respuestas seleccionadas por defecto, precisamene esas respuestas serán las más votadas. No importa que tan significante sea la pregunta.

No nos gusta tomar responsabilidades, por lo tanto, es más fácil no hacer nada incluso si desde el punto de vista de lógica es más peligroso.

Qué hacer: anota las ventajas y las desventajas de acción a inactividad y toma una decisión a base de esto.

12. El sesgo de la confirmación:

Cuando no estamos seguros de algo, nos hacemos las preguntas que confirmen nuestro punto de vista pero no aquellas que la puedan cambiar. Recibiendo datos nuevos, los interpretamos de acuerdo con nuestra opinión. Es por eso que en una compañía de personas con puntos de vista diferentes durante una discusión, por lo general, las opiniones se dividen aún más.

Qué hacer: hacer preguntas cuyas respuestas puedan cambiar tu punto de vista. No discutir sobre los temas polémicos en un grupo de personas grande.

13. Efecto de las relaciones falsas:

Vemos las relaciones donde no las hay: así se nos hace más fácil percibir la información. Al mismo tiempo, las correlaciones falsas si más fáciles de encontrar en los sucesos negativos que positivos. Debido a esto a algunas personas les parece que se sienten peor durante un mal día: el dolor de cabeza en combinación con los zapatos mojados por la lluvia son fáciles de recordar.

Qué hacer: recordar si los sucesos presuntamente vinculados habían pasado por separado.

14. La cascada de la información disponible:

Cuánto más escuchamos o leemos alguna afirmación, más verosimil nos parece. Esta distorcion cognifica se usa ampliamente en los medios de comunicación y, de forma intuitia, lo usamos en nuestros debates repitiendo el mismo argumento una y otra vez.

Qué hacer: verificar la credibilidad de las fuentes de información, sobre todo, los hechos "ampliamente conocidos".

15. Efecto Dunning-Kruger:

Cuando no somos muy competentes en algún área, nos parece que somos expertos en ella Simplemente porque desconocemos todos los detalles que vuelven la cuestión no tan sencilla como lo parece a primera vista. Y al revés, cuando tenemos vastos conocimientos sobre el tema, se nos hace más difícil resolver alguna tarea: sabemos que existen los numerosos "peros".

Qué hacer: pedir consejos de las personas que saben bien del tema. Ser crítico con tu seguridad y confianza, no tomar muy en serio la convicción de que lo sabes todo.

16. El error del sobreviviente:

Durante la Segunda Guerra Mundial, las alas y la cola de los aviones británicos que regresaban a los aeropuertos estaban acribilladas con las balas. Los ingenieros planeaban fortalecer el blindaje en esas partes, sin embargo, el matemático Abraham Wald dijo que había que fortalecer el blindaje en las cabinas y los tanques de combustible. Los aviones "sobrevivientes" no tenían daños en estas partes solo porque de ser todo lo contrario nunca hubieran regresado a las bases militares.

Qué hacer: analizar no solo los éxitos sino también los resultados negativos.

17. Sobrevaloración de lo memorable:

Los sucesos extraordinarios se graban mejor en la memoria. Por eso cuando intentamos valorar que tan seguido suceden cosas inusuales, exageramos su frecuencia. Debido a esto, las catástrofes cubiertas en las noticias provocan más miedo que los accidentes que suceden día a día.

Qué hacer: tomar en cuenta que el cerebro exagera la importancia de los eventos emocionalmente cargados y, de ser posible, comprobar los presentimientos con los datos estadísticos.

18. Diferente percepción de nosotros mismos y los demás:

Explicamos nuestras tardanzas con atascamientos de tráfico y el paraguas olvidado en casa. Mientras que las demoras de los demás para nosotros son una impuntualidad terrible. Esto se llama el error fundamental de atribución: tendemos explicar nuestras fallas con motivos contundentes mientras que las fallas de los demás, con las peculiaridades de su personalidad.

Qué hacer: recordar si una persona hace algo mal, probablemente solo ha tenido un mal día.

19. Fenómeno "si entro por la puerta, entraré por la ventana":

Al rechazar una petición agotadora para nosotros, es muy probable que cumplamos la siguietne. Si la segunda petición fuera enunciada al mismo tiempo que la pregunta, es tres veces menos probable que hubiéramos aceptado hacerlo.

Esto también se utiliza en la manipulación psicológica, por ejemplo, en ventas. La distorción juega con nuestro sentimiento de culpa incluso si no estamos concientes de ello.

Qué hacer: tomar en cuenta que dos peticiones seguidas probablemente son un intento de manipulación.

20. Efecto de supremacia:

Nos parece que somos menos propensos a las distorciones cognificas que las demás personas. Esta distorción es base de algunos conflictos: sentimos que la opinión de las demás personas es menos justificada que la nuestra.

Qué hacer: toma las diferencias con humor.

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