Salud
28 de Mayo, 2011
El azúcar, ningún dulce
6:00 | Por más simpático que parezca un terroncito de azúcar, por más inocencia que transmita la cucharita que le ponemos al café, la verdad es que para los especialistas en salud natural, el azúcar directamente califica como veneno. El azúcar blanco refinado se absorbe rápidamente, produce un estallido de energía y, enseguida, un “bajón” que lleva a buscar más azúcar. ¿Parecido al efecto de las drogas, no? Uno de los especialistas en el tema del azúcar, William Dufty, cuenta cómo fue su experiencia al dejar de consumir azúcar de un día para el otro y comenzar a alimentarse de cereales integrales y legumbres: “En unas cuarenta y ocho horas me encontré en un estado agonizante, embargado por las náuseas y con una jaqueca agobiante. (…) Conocía lo suficiente sobre drogadictos para reconocer con reluctancia parecido con ellos. (…) El azúcar no es otra cosa que una sustancia química. Se extrae el jugo de la caña o de la remolacha para refinarlo y convertirlo en melaza; tras una nueva refinación se produce el azúcar negra, y finalmente los cristales blancos. (…) Lo pasé verdaderamente mal durante veinticuatro horas, pero la mañana siguiente fue como una revelación. (…) Al amanecer sentí como si hubiera renacido. (…) Esto ocurrió en los años sesenta. Desde entonces no tomo azúcar*. No volví a acercarme a un médico, hospital, pastilla, inyección, en todo este tiempo”. Ladrón de guante blanco Las técnicas de refinado han logrado un gran perfeccionamiento y el azúcar que llega al consumidor es un alimento totalmente muerto. Ya que en el proceso de elaboración pierde vitaminas y sales minerales que por naturaleza están contenidas en el jugo de caña de azúcar en su justo equilibrio. El azúcar refinada (sacarosa pura) al ser un alimento desequilibrado, cuando ingresa en el torrente sanguíneo busca asociarse a aquellas sales y minerales que le fueron sustraídas por la mano del hombre y por sobre todo se asocia al calcio, formando una sustancia llamada ‘sucrato de calcio’ que no puede ser absorbida por el organismo, por lo cual es eliminada por los emuntorios naturales, lo que implica la pérdida de calcio. El azúcar, enemigo de nuestras defensas El hábito del azúcar genera una dependencia hacia él comparable a una toxicomanía. Su consumo excesivo engaña al organismo, al que deja primero saciado pero después todavía más hambriento. La comentada atracción hacia el azúcar se mantiene en nuestro medio debido a la abundancia de productos azucarados en el mercado de la alimentación industrial: caramelos, bombones, yogurt, gaseosas y refrescos, que contienen al menos 100gr por litro de azúcar industrial para ocultar principalmente la acidez de estas bebidas, e incluso en la charcutería, conservas y salsas. Así pues el azúcar refinado aporta al organismo únicamente calorías que contribuyen al exceso calórico propio de nuestra época (mecanización del trabajo, sedentarismo y con ello las enfermedades del nuevo milenio). Diabetes, Obesidad, sumado al stress cotidiano, Hipertensión, etc. Consumir azúcar, según los especialistas, adelgaza los huesos, contribuye a la osteoporosis, produce acidez en la sangre, roba hierro, calcio y magnesio del cuerpo, es un alimento vacío (carente de nutrientes y alto en calorías), es el principal responsable de la obesidad, favorece la caries dental, reduce la acción antimicrobiana de los glóbulos blancos. Los resultados de un estudio altamente significativo realizado en EEUU (en la Universidad de loma –linda- California) aportó los siguientes datos: En condiciones normales se calcula que un glóbulo blanco puede fagocitar 14 bacterias: * 5 minutos después de la absorción de 6 cucharaditas de azúcar, un glóbulo blanco puede vencer 10 bacterias. * 5 minutos después de la absorción de 12 cucharadas, un glóbulo blanco puede vencer 5 bacterias. * 5 minutos después de la absorción de 18 cucharadas, un glóbulo blanco puede vencer 2 bacterias. * 5 minutos después de la absorción de 24 cucharadas, un glóbulo blanco solo puede vencer media bacteria. Estos datos revelan pues, la clara nocividad del azúcar refinado, el cual reduce la capacidad antimicrobiana de los glóbulos blancos de la sangre. Para mantenerse lo más lejos posible de este producto conviene elegir el azúcar integral de caña sin refinar, la miel, el Stevia, la miel de cebada o de arroz (se consigue en las dietéticas) y buscar la dulzura natural de las frutas frescas y secas. (Infobae Saludable)