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Esta disputa, aunque finalmente finaliza en Internet, donde el apostante termina eligiendo una u otra opción, comienza mucho antes. Las casas de apuestas, con una inversión multimillonaria en patrocinios deportivos, anuncios televisivos y contrataciones de deportistas o exdeportistas como imagen de su firma tienen como primer objetivo el dar a conocer su marca. Cumplido el primer objetivo de que el futuro apostante conozca la marca y que la imagen que se haya formado de ella haya sido positiva, la siguiente misión es la de ser más atractiva que la competencia para que ese apostante abra una cuenta en la citada casa. En la mayoría de los casos la propuesta es cuanto menos, de doblar en el saldo el primer ingreso que realice cada usuario. Las casas consideran que lo amortizarán.
El motivo es que a medio o largo plazo, el balance de la cuenta de la mayoría de los usuarios será deficitario. Y la casa recuperará con creces el ‘regalo’ de bienvenida. Los pecados capitales de los usuarios se centran en tratar de cumplir rápidamente las condiciones de liberación de los bonos, realizando numerosas apuestas sin fundamento que terminan llevándole a perder rápidamente el bono y a no valorar el bono como si fuera dinero ‘real’.
También cabe destacar que la casa siempre gana. Porque si en un partido de baloncesto a priori igualado ofrece las cuotas de cada equipo a 1,90 a 1, no sólo se embolsa la consabida comisión de 0,10 céntimos por cada euro o dólar que se apueste en una u otra dirección, sino que con un funcionamiento similar al de un hipódromo, si recibe una apuesta ‘fuerte’ a favor del equipo A, baja la cuota de éste y eleva la cuota del equipo B para compensar y finalmente controlar posibles pérdidas.
Hasta ahí, en cuanto a la rentabilidad para las casas. Pero los usuarios, si juegan sus cartas con astucia, también pueden aprender con facilidad cómo beneficiarse de las promociones para las apuestas, análisis que realizó Sportytrader. De hecho, muchos jugadores expertos abren cuentas en numerosas casas de apuestas por internet y en algunas sólo realizan un depósito en su vida: el inicial. Se acogen a la promoción y si consiguen liberar el bono, cobran los beneficios. Si pierden el dinero, es hora de buscar una nueva promoción.
Porque lo bueno de que la oferta sea tan variada es que hay propuestas para todos los gustos. Los nuevos usuarios pueden encontrar que algunas casas les regalan un pequeño bono sólo por registrarse, sin necesidad de realizar ingreso alguno. Aunque evidentemente, las que más llaman la atención en la actualidad son las que ofrecen bonos como los de Codere o William Hill, triplicando los ingresos, que pueden ser elevados.
Otras, como Paf, ofrecen bonos de cantidades pequeñas pero sin condiciones de liberación, por lo que son perfectas para bolsillos más modestos. El apostante debe siempre ser consciente de sus límites y leerse las condiciones de cumplimiento del bono y de liberación antes de registrarse. Y debe llevar a cabo este registro el mismo día que empiece a apostar porque en la mayoría de los casos el tiempo de liberación del bono comienza la ‘cuenta atrás’ desde el proceso de registro o del primer ingreso. Así se evitará probables sorpresas desagradables como la posible pérdida del suculento bono de bienvenida y sus hipotéticos beneficios.