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Agustina Nieto entrenó a conciencia a su caniche Roger. Lo hizo bañarse en una piletita de bebé, para que le tuviera miedo al agua. Luego lo acostumbró a derribar bolos de sus hermanitos. No descuidó ningún detalle.
El 13 de enero pasado, Roger fue a A todo nada, el programa que conduce Guido Kaczka por Canal 13, a ganar. Y ganó. El conductor le indicó la misión: tenía que derribar tres bolos. Roger avanzó decidido por una pileta angosta, sus patitas salpicaban a los costados, llegó hasta los bolos y tuvo la combinación exacta entre firmeza y delicadeza para derribar no todos, no ninguno: apenas tres, los que requería Guido Kaczka, los que necesitaba para ganar.
Roger ganó legítimamente su premio y, por añadidura, también lo ganó Agustina, su entrenadora. Agustina giró la rueda de la suerte para saber qué premio les tocaba en suerte a Roger y a ella: le pegó en el palo a la moto, pero ganó un equipo de música. Y Roger, además, había ganado una bolsa de 20 kilos de alimento balanceado. No estaba mal. Sólo que no se lo pagaron. Sólo que, después de seis meses de reclamos a Endemol, la productora del programa, le pagaron otra cosa.
Roger ganó, pero hubo un problema: no le pagaron lo que había ganado con su habilidad.
El 9 de marzo, cuando aún no había ni noticias de su premio, Agustina le escribió un correo electrónico a la producción de A todo o nada. Le dijeron que todavía no tenían equipos de música, que en cambio podían ofrecerle una tablet. Agustina dijo que no.
El 25 de abril hubo una segunda oferta. Habían pasado tres meses del triunfo de Agustina y Roger, cuando la joven entrenadora recibió un correo electrónico de la producción del programa.
Claramente, la intención era conformarla con menos: alegaban de nuevo no tener en stock el equipo de música prometido y le ofrecían a cambio un anafe, una tablet, una cafetera o una tostadora. La respuesta de Agustina, claro está, fue "No".
En junio volvieron a tentarla: ahora le ofrecían tres opciones: anafe, pochoclera o tostadora. Del equipo de música, ni noticias.
El 4 de julio, finalmente, Agustina fue a retirar su premio. Cometió un error: firmó su conformidad antes de que se lo hubieran entregado. Confiaba en la buena voluntad de sus interlocutores. Al fin, el triunfo de su caniche Roger sería recompensado.
Cuando le dieron el "equipo de música", bueno, no había tal cosa... Lo que le dieron era un modesto reproductor portátil. De buena calidad, pero no lo que había ganado. Otra cosa, como se ve en la imagen de abajo. Y del alimento balanceado, ni noticias.