La vida de Enrique Sacco cambió abruptamente el 6 de febrero, día en que su esposa Débora Pérez Volpin murió en medio de una endoscopia en el sanatorio La Trinidad de Palermo. El periodista describió como pocas veces su forma de sobrellevar el dolor.

“Cuando reflexionás y te encontrás dentro de vos mismo, empezás a valorar lo que viviste y a proyectar. El legado son los hijos de Débora. ¿Cómo se hubiera sentido Débora si yo hubiese estado deprimido o embroncado con la vida por lo que pasó? ¿Qué hubiera pensado si hubiese salido con un revólver a buscar culpables o me hubiese quedado acostado en mi cama por siempre? Hubiera pensado: ‘Este pobre tipo anda por la vida a la deriva’. Yo no quiero eso, quiero que Débora y los chicos tengan la mejor imagen posible de mí”, aseguró en declaraciones a Viva.

Sacco describió su forma de mantener vivo el recuerdo de Pérez Volpin: “Creo en Dios y creo que los seres queridos, de cierta forma, están acompañándonos. Siempre intento comunicarme a mi modo con papá, con Débora y con un hermano que falleció al nacer”.