En caso de ser necesario se retira la carne fresca y carne picada adulterada y se sanciona a los responsables con multas cuyos valores están establecidos en la legislación respectiva.

El código alimentario argentino en su definición de la carne, menciona en el Artículo 253 que queda prohibido el uso de materias colorantes y sustancias antisépticas prohibidas. A su vez en su artículo 255 también aclara que la carne picada no podrá contener aditivo alguno.

Los derivados del azufre, conocidos como sulfitos, se llevan empleando hace años como aditivos conservantes. Son eficaces en los procesos de conservación y envasado para prevenir la oxidación de aceites y grasas, y para mantener el color original de los alimentos evitando la decoloración o el oscurecimiento. Estos conservantes también son útiles para prevenir el crecimiento de ciertas bacterias, mohos y levaduras, sobre todo en un ambiente ácido.

Aunque se encuentran permitidos en muchos alimentos envasados por períodos prolongados, está prohibido su utilización en carne fresca, carne picada y hamburguesas frescas. Este conservante tiene la capacidad de “enmascarar” la putrefacción de la carne modificando su apariencia y color, retardando la descomposición que puede ser observada por el consumidor.

En algunos casos la ingesta de estos residuos provoca reacciones inmunológicas en personas sensibles e incluso pueden llegar a derivar en un shock anafiláctico. Es por esta causa que la Dirección de Bromatología y Zoonosis lleva a cabo distintos controles en la ciudad, con metodologías de detección cualitativa para la localización de residuos de dicho compuesto.

Desde la Dirección se informó que ya se retiraron más de 200 kilogramos de carne picada de distintos comercios de la ciudad y que los controles continúan de manera periódica.