Los máximos directivos de las terminales automotrices coincidieron en destacar que el corriente año se caracterizará por la consolidación de la reactivación de la industria verificada el año anterior, después de cuatro años de retroceso provocado por la concurrencia del debilitamiento del mercado interno con el receso de Brasil.

Así surgió del primer encuentro del año de los integrantes del Comisión Directiva de la Asociación de Fábricas de Automotores, donde ajustaron al alza las previsiones de exportaciones, por las expectativas de reafirmación de la reactivación de Brasil y su correlación directa con el ritmo fabril local; mientras que, por el contrario, vaticinan un mercado interno menos expansivo.

La entidad recordó que "2017 concluyó con 472.158 unidades producidas, 615 unidades menos que 2016; y se exportaron 209.587 vehículos, un crecimiento de 10% respecto de las 190.008 unidades que se exportaron el año anterior" y que las estimaciones de crecimiento para 2018 se ubicaban en torno al 10% en producción y 20% en exportaciones, "pero el escenario se ha modificado".

Al dialogar sobre los programas 2018, los principales directivos del sector concluyeron que "la producción nacional de vehículos puede alcanzar las 565.000 unidades, un 20% por sobre el comportamiento de 2017. Por su parte, las exportaciones de autos y comerciales livianos podrían alcanzar las 300.000 unidades, es decir, un 43% de crecimiento al compararlo con el desempeño del año pasado".

El nuevo nivel esperado de unidades que saldrán de los trenes de montaje se ubica en un rango que superará al de 2015, pero se mantendría unas 50 mil unidades por debajo de las de 2014. El récord se anotó en 2011, con casi 829 mil máquinas, cuando las exportaciones anotaron el máximo histórico, previo al cepo cambiario, de unos 507 mil automotores.

Al respecto, el presidente de Adefa, Luis Fernando Peláez Gamboa, resaltó que "la mejora que proyectamos en nuestros programas de producción y exportación viene impulsada por los importantes lanzamientos de productos nacionales y el resultado de los planes de inversión permanentes que se ejecutan en la industria. A ello se suma la mejora de la demanda del mercado interno, el impacto positivo de la recuperación de Brasil tras años de intensa contracción y la diversificación de los mercados de extrazona".