Preocupado por la coyuntura económica, el Gobierno avanza en la firma de un convenio con empresarios y sindicalistas para cuidar el empleo, aumentar la productividad, contener inflación y legitimar la estrategia de mesas sectoriales que lleva adelante el Ejecutivo. Pretenden enviar una señal política de consenso y evitar un aumento de la conflictividad social. La CGT, por ahora, lo dilata.

En las últimas semanas, los ministros de Trabajo Jorge Triaca y Producción, Dante Sica, mantuvieron reuniones con industriales y representantes de diferentes ramas para avanzar con el acuerdo, confirmaron fuentes oficiales.

El viernes, tras una convocatoria sin previo aviso, Triaca, junto al jefe de Gabinete Marcos Peña y Mario Quintana, recibió en Olivos a representantes de la conducción de la CGT y de otros gremios. Convinieron la conformación de una mesa de diálogo entre el Gobierno y los sindicalistas. Del lado del Ejecutivo pidieron responsabilidad para los reclamos salariales y neutralizar los aumentos de precios. Del lado de los gremialistas transmitieron su preocupación. El primer encuentro de la mesa de crisis como la llamaron los sindicalistas se produciría esta semana, según relataron allegados que evitaron hablar sobre la posibilidad de volver a sentar a la CGT y a los empresarios en la misma mesa con el aval presidencial.

Sica y Triaca también habían organizado un encuentro con el ministro de Energía Javier Iguacel y empresarios del sector.

Hasta ahora, el Gobierno había optado por avanzar con reuniones sectoriales luego de que fracasara la rimbombante mesa de Diálogo por la Producción y el Trabajo en 2016. En aquella oportunidad el experimento fracasó cuando la CGT se retiró de las negociaciones, tras acusar al Gobierno y los empresarios de no cumplir con el compromiso de congelar despidos. En el Ejecutivo advertían que sobre todo desde el lado empresario no podía aplicarse un modelo en el que todos los actores estuvieran representados.

Este martes, luego de que Ambito Financiero publicara que el jueves de esta semana se firmaría en Casa Rosada un Acuerdo Marco Nacional para el cuidado del empleo, la productividad y el salario (ACEPROS) entre todas las partes y -con la presencia de Mauricio Macri incluida- cerca de Triaca contestaron con ambigüedad. “Por ahora hay reuniones sectoriales”, señalaron, al tiempo que confirmaron las gestiones para firmar un consenso. Explicitaron que el acuerdo no se celebraría esta semana. Desde la CGT señalaron que no habría ningún acuerdo posible antes del plenario de la central obrera que se celebrará a fin de mes.

 También, evitaron comparar la iniciativa con la mesa de Diálogo de hace dos años, cuando el Gobierno buscaba un macro con medidas específicas. En cambio, la firma de un acuerdo de este tipo avalaría la estrategia gubernamental. En el Ejecutivo, en el sector empresario y en el sindical temen que el escándalo desatado por los cuadernos, la corrupción y el capítulo argentino del Lava Jato demoren la recuperación económica, que los más optimistas -en la Casa Rosada- ubican para diciembre o enero. Cerca del vértice más duro de la CGT que conduce Juan Carlos Schmid rechazaron estar al tanto de la iniciativa, que contaría con el impulso del Foro Convergencia de empresarios. "Mal puedo ir yo a sentarme a una mesa donde tengo que firmar despidos o no cuando hasta el jueves que viene tengo el despido de 200 trabajadores del puerto (de Buenos Aires) en la cabeza", le escucharon decir a Schmid que mantuvo diálogo con las empresas afectadas y con el jefe de la UPCN Andrés Rodríguez hasta las 18.

Macri sigue firme en su posición de no conformar una mesa más amplia con representantes de la oposición y organizaciones civiles, como reclamaron en su momento algunos ministros.