La ola de calor que el Servicio Meterológico Nacional (SMN) pronosticó para toda la semana en Capital Federal y el Gran Buenos Aires no da tregua.

Este miércoles, la alerta amarilla que afectaba a 12 provincias del centro y norte del país además de la ciudad de Buenos Aires se agravó y transformó en alerta naranja, de acuerdo con la clasificación del Sistema de Alerta Temprana por Olas de Calor y Salud (SAT-OCS) del SMN.

Esto significa que el efecto del calor pasó de "leve-moderado" a "moderado-alto" y que pueden ser "muy peligrosas" para todos y especialmente para los grupos de riesgo: bebés y niños pequeños, mayores de 65 años y enfermos crónicos.

A pesar de que en el mes de enero las temperaturas fueron también muy altas, de acuerdo con el SMN, para ser considerada una "ola de calor" se necesitan en Buenos Aires al menos tres días consecutivos con marcas mínimas superiores a los 22°C y marcas máximas superiores a los 32,3°C, ocurriendo de manera simultánea. De esta manera, es la primera vez que ocurre el fenómeno en 2019.

Consultado por Infobae, el meteorólogo Christian Garavaglia indicó que "si bien es normal que distintas ciudades del país experimenten ola de calor durante este mes, es algo menos frecuente que en enero". Sin embargo, señaló el especialista, "no puede descartarse" que se repita este verano. "Hemos tenido olas de calor muy intensas hasta incluso en marzo en algunos años".

Para este miércoles, se espera una una mínima de 26°C y una máxima de 38°C con una sensación térmica cercana a 40°C, al igual que el jueves, con una baja probabilidad de lluvias aisladas por la tarde. "Lo que sí se sabe con bastante seguridad es que habrá un notorio descenso de temperaturas en todo el país para comienzos de la próxima semana", señaló Garavaglia.

El alivio llegaría recién entonces a partir del viernes con algunas lluvias y tormentas que comenzarían a formarse en Córdoba, San Luis, norte de La Pampa y oeste de Buenos Aires.