Y es que, la garantía de cumplimiento de los distintos tipos de contratos es un principio básico de toda actividad comercial para asegurar que la cadena de valor funcione en forma fluida y sana para cada una de las partes. Si se corta la cadena de pagos, el inconveniente no se produce sólo para un sector específico, sino que repercute en toda la estructura de un determinado negocio. 

De acuerdo con datos suministrados por la Unión Industrial Argentina (UIA), la demanda de las

industrias cayó bruscamente en todos los sectores, algunos de los cuales han bajado su actividad en más de un 25 por ciento interanual. Más aún, las perspectivas -aún post pandemia- son también sumamente negativas; de hecho, esta entidad espera que la crisis de la actividad -y ya no sólo en la Argentina sino a nivel mundial- sea la más grave de la historia moderna, desde la crisis del treinta. 

Frente a esta situación, la probabilidad de que una empresa no cumpla con un contrato deja de ser sólo una cuestión económica, para convertirse también en un aspecto social. En este sentido, una alternativa que puede resultar interesante para las compañías es la contratación de un seguro de caución, que es justamente una garantía de cumplimiento aplicable a varios vectores y destinos y con ventajas notables.

Ya sea que se trate de contratos de concesión u obra pública, un resguardo para importación de productos en la aduana, garantías relacionadas con el medio ambiente o la concreción de un alquiler, este tipo de recursos presentan beneficios para tener en cuenta en tiempos tan complejos. El esencial es que se trata de un contrato legal, que permite a quienes optan por esta herramienta, ofrecer las garantías necesarias, sin tener que comprometer dinero en efectivo o depósitos bancarios, pudiendo aprovechar estos recursos para otras áreas de un negocio, como puede ser una inversión.

Agradecemos a Santiago de OPC – Aseguradora de Cauciones por brindarnos esta nota.