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El cannabis es una droga psicoactiva derivada de la planta de Cannabis sativa o Cannabis índica. Desde hace mucho tiempo, se utiliza con fines medicinales en la cultura india, china, egipcia e islámica.
Hoy en día, sus propiedades antiinflamatorias todavía la convierten en un producto muy demandado en la medicina alternativa y complementaria. El cannabis encuentra aplicación en el tratamiento de una amplia gama de enfermedades y síntomas que utilizan aceites, pomadas y cremas con CBD para aliviar problemas como la migraña, el estrés, la ansiedad, entre otros.
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La legalización del cannabis en diversos países está llamando la atención de más inversores, fabricantes e investigadores. En España, la ley española es liberal con el consumo de cannabis. Pero, ¿cuál es la realidad de Latinoamérica? Brasil representa el mayor mercado de esta planta, en términos de cantidad de pacientes y productos que se comercializan legalmente, mientras que Colombia es el país que más inversión atrae para la producción del cannabis.
Regulación y oportunidad comercial del cannabis en Latinoamérica
El estudio Cannabis en América Latina: regulaciones y oportunidades, realizado por Alfredo Pascual y publicado por el Marijuana Business Daily International, realizó una investigación del estado del marco legal del cannabis en países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Paraguay, Perú y Uruguay.
Colombia es uno de los primeros países en legalizar la producción de cannabis medicinal, “con regulaciones que promueven la creación de una industria de valor agregado para los mercados nacionales y de exportación”, señaló Pascual. En 2017 se aprobó una ley que regula el uso del cannabis medicinal.
En 2015, Brasil legalizó el uso de la marihuana medicinal en farmacias y tiendas, pero los productos importados solo se pueden obtener con una estricta autorización de la ANVISA (Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria).
La normativa indica que los productos de CBD que contienen menos del 0.2 % de THC (componente psicoactivo) pueden prescribirse con normalidad. Sin embargo, aquellos que disponen un 0,2 % de THC o más, solo pueden recetarse a pacientes terminales o personas que no están respondiendo adecuadamente a los tratamientos tradicionales.
Chile es otro país que se sumó a la legalización del cannabis medicinal en 2015. El parlamento chileno aprobó la despenalización del autocultivo del cannabis para consumo personal y con fines medicinales.
En 2019, Perú y Ecuador se unieron a la lista de países que aprobaron el consumo de marihuana con fines medicinales y terapéuticos. No obstante, la ley peruana no autoriza el autocultivo ni el cultivo colectivo de la planta, solo contempla licencias de importación, distribución y comercialización a farmacias y laboratorios.
En 2020, Argentina aprobó una reglamentación sobre el uso y autocultivo del cannabis medicinal para pacientes que lo necesitan. Esta ley también promueve la investigación científica para “generar evidencia científica de calidad que permita a los pacientes acceder a la planta de cannabis y sus derivados en forma segura”, señala el documento.
En el caso de México, también aceptaron la regulación del consumo de marihuana pero no solo para fines médicos, sino también para la producción con usos lúdicos e industriales.