Las consecuencias económicas de la pandemia no han hecho más que acentuar una situación que no es nueva para el país y lleva años. La realidad es que, en lo que va del año, la inflación en Argentina superó a la sumatoria de 10 países de América Latina. El acumulado entre enero y junio alcanzó un 29,1%, se trata del mayor aumento registrado en la región, tan solo superada por la hiperinflación de Venezuela.

Con un aumento de precios que, en los últimos 12 meses, llegó al 50%, son muchos los sectores de la economía que hace tiempo vienen reclamando un incremento en sus tarifas. En ese contexto las empresas de medicina privada recibieron la autorización, por parte del Gobierno Nacional, para disponer de nuevos aumentos en sus tarifas hasta fin de año.

Conforme los términos de la Resolución 2125/2021 publicada en el Boletín Oficial, todas las empresas inscriptas en el Registro Nacional de Entidades de Medicina Prepaga se encuentran habilitadas para implementar aumentos generales complementarios y acumulativos conforme el siguiente cronograma: durante este año se prevén 3 tramos de 9% cada uno en los meses de agosto, septiembre y octubre, ya para enero de 2022 se adicionará un incremento más de nueve puntos porcentuales.

Conforme la medida descrita, en 2021 el aumento total de las tarifas de la salud privada será del 41%. Un anuncio así era de esperarse, luego de hacerse conocer el acuerdo al que arribó el sindicato de Sanidad por un 45% de aumento en los salarios, organizado en cuatro cuotas (15% en julio, 15% en septiembre, 10% en noviembre y 5% en febrero) y con una revisión en febrero de 2022. 

Con la actualización autorizada a las prepagas se destrabó el conflicto principalmente con el gremio de enfermeras y camilleros que incluyó varios paros en clínicas y sanatorios. Sucede que, para llegar a dichos acuerdos, las compañías de salud alegaban depender de las subas a las prepagas así como de la actualización de los valores que el PAMI les reconoce en las tarifas a sus prestadores.

Los usuarios de prepagas preocupados

Con los incrementos previstos para el rubro, son muchas las familias que se encuentran en la búsqueda de nuevas empresas de medicina prepaga con mejores precios. Es que, como acostumbra a suceder, en el resultado final el aumento de productos y servicios suele ser considerablemente mayor que el que registran la generalidad de los salarios de los trabajadores.

De hecho, un sondeo efectuado por una consultora especializada en el área, indicó que el 56% de las personas consultadas que disponen de un servicio prepago de salud se encuentra en búsqueda de otro plan, atento que el precio de la mensualidad se ha vuelto “demasiado caro” para la situación económica que se está viviendo, todo ello sin considerar al caudal de ciudadanos que se han quedado sin trabajo por lo cual debieron renunciar a cualquier tipo de servicio de salud privado. 

A modo de ejemplo, para un matrimonio con dos hijos, el valor mensual de un plan de medicina económico ascenderá a $20.016, pudiendo llegar hasta $47.868 en caso de uno de tipo premium en enero de 2022.