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Aquella frase que asegura que una madre hace lo que sea por sus hijos, tiene su máxima expresión en esta historia.
Jackie, una mujer de 28 años tuvo que fracturarle 300 veces la pierna izquierda a su hija.
La pequeña Elsie nació con una extraña discapacidad que hizo que su cadera no se formara como debía. Los médicos buscaron la forma de corregir sus huesos, pero la única manera en que eso iba a ser posible era si alguien le hacía 3 fracturas diarias durante 4 meses.
Si la madre no le quebraba la pierna 3 veces al día mediante un sistema de tornillos, los médicos tendrían que amputársela. Jackie decidió aceptar la tarea para que su hija pudiera desarrollarse bien.
La pierna izquierda de la niña sólo había crecido hasta la altura de su rodilla derecha, por lo que los médicos intervinieron y la extendieron hasta que llegó al nivel normal.
Aparte de eso, los doctores reconstruyeron su cadera, el tobillo y la rodilla. Para concluir el tratamiento, la madre debió activar de manera manual el sistema mecánico que separaba el fémur de la tibia.
El proceso era doloroso, pero Elsie, la pequeña, logró resistir y demostró ser un chica muy valiente. Durante todo el proceso estuvo medicada, ya que sin sedantes, la pequeña habría sufrido demasiado cada vez que le fracturaban la pierna.
Afortunadamente todo resultó perfecto y la pierna pudo estabilizarse en la longitud que se esperaba.