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Jimmy Newell llegó al mundo con el repicar de las campanas y se fue de la misma manera. Este bisabuelo nació en Leeds el 11 de octubre de 1913 y su vida se apagó el mismo día 103 años depsués, en el momento preciso en el que el reloj marcó las 12 del mediodía, según publica el rotativo Mirror . Curiosamente, a lo largo de su extensa vida Newell explicó a menudo la anécdota de que el campanario del ayuntamiento de la localidad le dio la bienvenida cuando su madre le dio a luz.
El anciano, que fue un pionero en la informática durante la Segunda Guerra Mundial, murió mientras su hijo Graham, de 65 años, sostenía su mano. Sobre la increíble coincidencia que marcó el fallecimiento de su padre, asegura creer que “fue intencional” y que fue el propio Newell quien habría decidido irse de este mundo al mediodía.
Graham explicó que su padre, quien tenía cinco nietos y ocho bisnietos, había sufrido una caída 16 días atrás en la que se fracturó la cadera. El hombre hasta entonces había vivido solo y fue trasladado al hospital Torbay para poder ser intervenido, pero nunca regresó a casa.
Su progenitor detalló que a lo largo de su vida, su padre practicó mucho deporte y se conservaba sorprendentemente bien para la edad que tenía. “Si no hubiera sido por su caída íbamos a llevarlo a España por su 103 cumpleaños”, lamentó.
Las probabilidades de morir en el mismo día y hora en que las que se nace son aproximadamente de una entre 200 millones.