Este martes, Matías De Estéfano llegó hasta la localidad de María Ignacia – Vela, más precisamente al balneario de esa localidad para estar presente en lo que él mismo definió como un centro de energía, como el lugar del planeta Tierra donde se está gestando la energía de la nueva humanidad. Allí, ante cientos de personas de distintos puntos del país e inclusive del exterior, inició lo que será según él mismo, un cambio radical que tendrá lugar este 12 de diciembre.
¿Quién es Matías De Estéfano?
Matías De Stefano es un joven de 25 años de la provincia de Santa Fe que desde hace once meses recorre el mundo, dando charlas gratuitas en plazas e instituciones explicando cómo adaptarse siendo conscientes de los cambios de lo que será el comienzo de una nueva era para la humanidad. Es lo que comúnmente se ha dado en llamar como “Niños Índigo”. Los niños índigo son una nueva raza humana, más sensible y democrática, menos autoritaria y manipuladora. Se trata de seres especiales aunque tan terrenales como sus padres. Solo que, a diferencia de estos, traen consigo la tarea de propulsar cambios en la humanidad.
Bautizados como Niños Indigo, estos muchachos tienen la capacidad de ver más allá de los espectros de la Luz, escuchar todo tipo de sonidos, incluso su propio fluido sanguíneo, y denotan una destacada hipersensibilidad táctil. Los Niños índigo, como su nombre lo sugiere, no son Niños azules, sino que se les denomina así porque su aura, o campo energético, tiende a reflejarse dentro de los colores añiles, azules, manifestando la utilización de centros energéticos superiores. Es por esto que se les adjudican grandes dosis de intuición, que se demuestra en el desarrollo de la telepatía, cualidades para predecir el futuro, y hasta reconocer la presencia de seres etéreos como hadas y duendes a su alrededor.
¿Por qué Tandil es el lugar elegido para que surja una nueva era?
“A lo largo del año 2012, miles de personas en conciencia hemos estado recorriendo el Mundo por sus nodos magnéticos o centros de poder, donde los pueblos de la Historia de la Humanidad se asentaron alguna vez, o sitios que tomaron como sagrados tras miles de generaciones. Unos pocos, lo hemos hecho físicamente, siguiendo un orden, reconociendo el planeta como un Cuerpo Humano, y viajando por cada uno de sus órganos, reconociendo la conexión de sus historias y la importancia que cada uno tiene para un proceso conjunto de evolución. Las Historias, nos han mostrado cómo el Planeta se mueve en una armonía, llevando la energía (mareas, placas tectónicas, corrientes magnéticas, sucesos históricos), y muchos de esos focos, nos mostraban un territorio sagrado en particular: el Hemisferio Sur de Sudamérica.
Todas las culturas hablan de la Tierra como una Gran Madre, y hace mucho tiempo que la sociedad dejó de lado el sentido de la misma. Esta gran entidad Femenina, nos crea constantemente, y nos pide que nos reconectemos con ella.

Buscando la información alrededor del mundo, los mapas nos hablaron de la labor que cada territorio cumple en el mundo, lo cual nos ayudó a crear una red de conexión entre los países, comprendiendo parte de sus propósitos.

En estos tiempos de cambios, muchos mensajes e ideologías hablan de un renacer de la Humanidad, de una reconexión con la Madre Tierra... fue por esto que utilizando el mismo parámetro de los mapas, decidimos buscar qué países nos hablaban de ese sentido de Renacer, de Parir a la Humanidad, de ser la Madre...

Allí estaba esa mujer embarazada, de perfil, con su gran estómago en Buenos Aires, sus piernas la Patagonia, sus pies la isla de Río Grande, sus brazos y puño, Santa Fe y Misiones, su hombro en Formosa, su cabeza entre Jujuy y Bolivia, su Columna era Chile, los Andes, y su corazón, en Tucumán”, narra Matías.

Tomando a la Argentina como el territorio de aquella Mujer Gestadora, la región del Útero donde se está gestando la energía de la Nueva Humanidad, está en los extensos campos en el interior del territorio que rodean las Sierras de Tandilia, el Mar Argentino y las lagunas de Alsina y Cochico, junto a las Sierras de la Ventana. En el centro de ese “útero”, se encuentra Tandil, y a unos pocos kilómetros, el pequeño pueblo de María Ignacia-Vela. La particularidad de este territorio según cuenta Matías, son las líneas magnéticas que convergen debajo de sus tierras.

“Las líneas Ley, líneas magnéticas que recorren el planeta, mueven frecuencias intraterrenas que modifican los campos a su alrededor. En el caso de la Argentina, éstas forman una triangulación o diamante especial, que fluye desde el Aconcagua en Mendoza, pasando por Lago Puelo en Chubut, confluyendo en las tierras de María Ignacia-Vela, Buenos Aires, sitio donde muy poca gente, y casi nadie, sabe de la importancia que yace bajo sus pies y en su entorno a diferencia de los 3 anteriormente nombrados”. Matías además agrega una declaración impactante: “la zona de Tandil y Vela son el reflejo de un centro galáctico de energía en gestación, que curiosamente se llama Vela Tropa y constituye el centro de nuestra galaxia”.

En su paso por Vela, Matías se dirigió al Balneario donde meditó junto a cientos de personas que se acercaron para comprender qué pasará en las tranquilas Tandil y Vela este 12 de diciembre. “Vinimos acá a pedirle permiso a los seres elementales (los árboles, las piedras, el agua) para comenzar con este gran cambio, con el parto planetario del 2012. Aquí abajo, en Vela hay un gran centro energético, un gran diamante rojo que comenzará a gestar la nueva energía, comenzará a dar forma a una nueva ciudad intraterrena. De nuestro compromiso depende la posibilidad de liberar esa nueva energía. Este miércoles, Tandil será el lugar donde se llevará a cabo el parto planetario, donde comienza una nueva era”. Numerosas personas se mostraron emocionadas, afirmaron que sintieron el paso de una “energía” interior muy fuerte, algunos no podían dejar de temblar, otros afirmaron que lograron meditar “como nunca”.

Matías lleva varios días en Tandil, y la semana pasada fue invitado a recorrer el Cementerio Municipal. Allí, un reducido grupo fue testigo de un Matías que recorrió todo el cementerio hasta hacer un alto en una tumba en particular. Allí hizo dibujos en la tierra, habló frente a la tumba en voz muy baja y luego, antes de salir, debió volver a la tumba y según contó su propia madre “volvió para recibir el mensaje desde esa misma tumba”. Los testigos aseguran que cuando Matías cruzó el Peristilo del Cementerio, un fuerte viento sacudió a todos.

Matías realizará este 12 de diciembre una jornada que quedará grabada en aquellos que deseen participar. “Abrirá” el camino para esa nueva energía, para el comienzo de una nueva humanidad que él mismo afirma se está gestando en Tandil.

Curioso, sin lugar a dudas. Hay quienes creen fervientemente y son fieles seguidores de Matías. Hay otros que piensan que se trata de un “invento”. Y hay quienes ni prefieren opinar, porque no les interesa. Más allá de eso, qué interesante sería poder, de una vez por todas, comenzar una nueva era, formar parte de una nueva humanidad, un poco más buena.