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La postal dejó atónitos a los automovilistas que ayer a media mañana transitaban por una de las manos de la autopista que conecta Córdoba y Rosario. Una imagen imposible, con algo de primitivo.
En la banquina de la traza de enfrente, un puñado de chacareros redoblaba esfuerzos por poder cargar un botín impensado: 15 terneros que quedaron desparramados sobre el asfalto tras el vuelco del camión jaula que las transportaba. La faena se concretó con pericia y velocidad en menos de 40 minutos. Algunos, cargaron la mercadería en camionetas. Otros, regresaron a sus chacras con trozos de carnes cargados en los hombros, tranquilos y a la vista de la gendarmería, que se ocupaba, tan solo, de ordenar el tránsito vehícular.
Los efectivos policiales cortaron el tránsito, aunque no pudieron retirar el acoplado. En el interior de la jaula yacían 15 vacas. Recién con la luz del día, y con la ayuda de algunos chacareros de la zona, los operarios lograron sacar a los animales de la autopista. Los cadáveres quedaron a la vera de la traza. Los terneros que sobrevivieron fueron agrupados y cargados en otro rodado.
El operativo duró más de ocho horas. Recién se levantó cerca de las 11, cuando una grúa se llevó el camión siniestrado. La posta la tomó un gendarme, a quien le encargaron vigilar el ganado muerto, que había quedado desparramado por ahí. Pero a los pocos minutos, seis camionetas (algunas 4x4) y dos autos irrumpieron en el lugar, decididos a todo. Cuchilla en mano, los conductores y sus acompañantes empezaron con una faena a cielo abierto, sin pedir autorización ni hacer pregunta alguna. El uniformado se acercó, preguntó qué iban a hacer y rápidamente se alejó. Nunca intervino.
Fuente Clarín