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La universidad, el trabajo, los hijos, la familia… Las situaciones de estrés están siempre a la orden del día. Miles de personas enferman a diario por causas “aparentemente” desconocidas y, como en muchos de los casos se asocia al estrés como principal factor desencadenante, aquí tenemos un listado de síntomas comunes para que pongas atención a tu cuerpo, cuando éste te anuncie que tal vez ya ha sido demasiado.
1. Tu cuerpo pide la cama… todo el tiempo: El estrés consume tu energía y al llevar todos tus sentidos a la saturación. Sientes que no podrás hacer frente a todos los compromisos del día.
2. Y cuando llegas a la cama… realmente no puedes dormir. Vives cansado: Aunque buscaste ese momento todo el día y estás exhausto, llegas a la cama y las horas se te pasan pensando y volteando. Tu cerebro no se desenchufa.
3. Te enfermas más seguido: Cuando entras en modo estrés, el sistema inmune de tu cuerpo puede ser suprimido hasta en un 30%, lo que te hace más propenso a pescar un resfriado o cualquier virus que te rodea.
4. No sabes dónde dejaste las llaves, el celular… ni la cabeza: Te vuelves la burla de todos. Durante el modo estrés la memoria se vuelve borrosa, no hay concentración y mucho menos capacidad de escucha. Es como si el estrés secuestrara tu cerebro.
5. Tu cabeza se siente saturada, y a punto de… estallar: El dolor de cabeza aparece cuando, sin saberlo, estás en constate estado de alerta. Según Easdf esto se debe a que tu cerebro no puede distinguir si el estrés es por un tigre que se aproxima, o por un montón de pruebas que tienes al día siguiente. Se lanza una alerta de peligro y tus músculos del cuello y hombros, se contraen -según él- “porque es un instinto animal proteger la yugular”.
6. Todo te hace sentir emocional: Todo el mundo tiene malos días, pero aquí se magnifican. Cuando estás bajo estrés el tronco cerebral -la parte más primitiva de tu cerebro- se hace cargo, mientras que la parte que se anticipa a los resultados, se nubla. Por eso tienes reacciones que hacen que te desconozcas a ti mismo.
7. Tu estómago juega en tu contra: A veces parece que tu estómago tuviera cerebro propio. Y es que las sensaciones de preocupación y miedo, se sienten en forma de gases, sensación de vómito, o incontables idas al baño. Hay una indiscutible relación entre la sensación y el estómago, y esto es algo que todavía inquieta a los científicos
8. Hasta parece que se te olvida respirar: Las emociones fuertes están a la orden del día, con una nota mediocre, una llegada tarde, un descuido que salió caro… Constantemente estás conteniendo la respiración para evitar las lágrimas o contener emociones, esto termina con una leve sensación de mareo. Pues debes saber que no es una buena práctica porque, con el tiempo terminarás desarrollando ataques de pánico.